Antes conocido como Comencé a amarte.
Cuatro grandes imperios se ven envueltas en actos bélicos, todo esto provocado por la búsqueda de un enorme poder, caído directamente de los cielos. Por suerte las amistades y una boda, acaban con todo esta locu...
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Tobe tomo la delgada y elegante caja de bambú, era algo vieja por su fecha de fabricación, pero se veía en perfecto estado a pesar de los años, paso sus dedos por la tapa, recorriendo cada surco de la leyenda en japonés inscrita en esta
"私の血の相続人だけが私の偉大な力に値するだろう"
"solo mis herederos de sangre, serán dignos de mi gran poder",
Leyó y entendió aquellos garabatos a la perfección. Quito el seguro y la abrió, develando el contenido en su interior, una tela de seda roja adornada con dragones bordados en hilos de oro, salió a relucir su exquisita fabricación. Era obvio que no se trataba de una tela cualquiera, la movió con cuidado y se encontró con la funda de una catana, arma heredada de generación en generación a cada primogénito de la familia. Observo la empuñadura con detenimiento, una inscripción de la familia Ryu resaltaba. Un hecho realmente extraño, pues su apellido era Jong, aunque básicamente ambos nombre significaban lo mismo. Un dragón incrustado en ella lo llamaba a tomarla entre sus manos. La funda negra contrastaba con todo lo mencionado, el diseño de un dragón la adornaba también.
Invitado por su singular belleza, la tomo entre sus manos y una pequeña descarga eléctrica se desató al contacto, haciendo sonar el clic del seguro. La saco lentamente de su contenedor, el sonido del acero siendo sacado de su funda no se hizo esperar, dejándolo así ver una hermosa hoja con las letras Ryu no Kiba (colmillo de dragón) grabadas en el muy reluciente metal. Ahora era dueño de una catana especial de doble filo, mortífera, letal y precisa.
Dejo la funda sobre la mesa y blandió la espada moviéndola en el aire. Para su pesar el arma era muy grande para él, la longitud de la espada estaba diseñada para un adulto, no para un adolescente de 13 años. Unas cuantas chispas sobresalieron del arma, atrayendo aún más la mirada del joven, de un momento al otro, y como si de magia arcana se tratara, el dragón en la empuñadora comenzó a enroscarse muy lentamente en ella, acortando el arma a la medida exacta para que él pudiera blandirla con normalidad.
El arma era maravillosa, no cabía duda alguna, su resistencia al aire era mínima y su peso el adecuado. A pesar de su corta edad le fue bastante fácil ocuparla, lo que la hizo perfecta y fantástica.
Observo detenidamente la hoja y su rostro se reflejó en ella, siendo invadido por el recuerdo de su yo más joven, él de hace 8 años. Suspiró por ese pequeño flashback en su memoria, si no fuera por ese lamentable echo, nada sería tan malo como lo es ahora, después de todo el clan Yong era el más poderoso en todo el reino, junto con el clan de loto dorado.
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