Capitulo VIII : Miedos.

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[Tiempo después]

Fue cuestión de tiempo para que se empezarán a llevar bien, bromeaban y hasta bebían juntos.

Cada vez se formaba más una relación, aunque esta no era como la que Shion esperaba, era más bien como la relación que Milo tenía con Dohko, ya que el castaño no lo veía como nada más que no sea un amigo o al menos eso pensaba.

Dohko, Shaka nos matará si nos ve haciendo esto — sonrió bebiendo de una botella.

Yo aún estoy bien — sonrió — yo te cuido, relájate — dijo tirándose en la cama de Shion.

¿Qué haces?

Déjame dormir aquí —pidió con los brazos abiertos —

E-ehh, vete a casa rápido — chilló inquieto — no puedes dormir en m-mi recámara.

¡AY SHION! — se quejó arrugando su frente — es muy tarde ya, además estaré solo en casa —guardó silencio un segundo — Mmm mejor ven aquí — señaló mientras lo tomaba de la mano y tiraba de él, trayendolo a su lado.

E-espera — protestó volteandose, sin tomar en cuenta que uniría sus ojos con los de él, perdiéndose en ellos por unos cuántos segundos.
Se soltó de sus agarres y se sentó sobre la cama — Lo siento, es solo que aún me duele el cuerpo por los entrenamientos — susurró sobando su muñeca entre nervios.

Hace unos días Dohko se había dedicado a darle clases de defensa personal, ya que no podía defenderse pero ni de un mosco.

Lo siento, a veces soy muy rudo — sonrió enderezandose y revisando el brazo de su acompañante — pero creo que valió la pena, ya sabes golpear

Eso creo — levantó su rostro topandose con la respiración de Dohko demasiado cerca —¿Q-qué haces? —preguntó algo inquieto al ver como se acercaba peligrosamente poco a poco hasta llegar a unir sus labios — ¡Dohko! sollozó apartandolo un poco mientras el castaño daba un leve pero escalofriante mordisco en su labio inferio.

¿Qué sucede? No quieres — dijo con ese tono seductor pero al mismo tiempo aberrante.

Es solo que.. —sollozó antes de que Dohko lo besara de nuevo. — Por favor haste a un lado — dijo apartándose y llevándose la mano a la boca..

¿Qué te pasa? — no tuvo tiempo de decir más, porque lo empujó para salir corriendo al baño a vomitar gracias a los efectos del alcohol.

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Habian pasado dos días desde aquella noche de tragos, Shion y Dohko eran más cercanos que nunca, aúnque aún fuesen amigos, todo iba de maravilla. Ya ninguno debía preocuparse por ocultar lo que sucedía.

El peliverde terminaba de cepillar su cabello, cuando tocaron la puerta de su habitación.

En seguida voy — gritó mientras se ponía de pie y llegaba a la puerta — ¿Señor Shaka? — preguntó confuso, mirando a su acompañante.

¿Podemos pasar?

Oh! claro — Shion cerró la puerta y se acercó a sus visitantes — ¿en qué puedo ayudarles?

Él es Suikyō — hizo una pausa — será tu guardaespaldas .

Se quedó pasmado ante las palabras de su superior — Pe-pero no es necesario, aquí estoy con muchas personas todo el tiempo, a-ademas Dohko y yo hemos estado en el campo de entrenamiento últimamente.

En Tiempos De DivergenciaWhere stories live. Discover now