c u a t r o

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—Si se pasa de la raya lo golpearé de nuevo, no me importa que sea su casa, ni siquiera me importa que sus amigos estén allí. —Ashton miraba con desagrado la casa de Jason, llevábamos diez minutos parados sobre la acera.

Miré mi reloj, 10:45pm. Aún era temprano. Y si ella había conducido directo a la fiesta desde que salió de la tienda, estábamos bastante a tiempo.

Ver la casa de Jason Hendricks me tenía inquieto, miré a Ashton y su indecisión por entrar o no se notaba bastante, podría decirle que se quedara en la camioneta, pero cubriríamos más terreno si nos dividíamos.

—Haz dicho eso casi diez veces, Ash —dijo Calum caminando hacia la entrada de la casa. Lo seguimos.

—En realidad no creo que Jason haga algo, quizá ni siquiera lo recuerda...

—Cada día que se mira en el espejo lo recuerda Calum, su nariz se rompió como una ramita. —Michael caminaba detrás de mí. Ashton iba hasta atrás de la fila india.

La casa de Jason era grande, lo suficiente como para que pudiéramos evitarlo, mejor dicho, para que Ashton pudiera evitarlo. El chico nos hablaba o al menos intentaba hacerlo, con normalidad. Compartía varias clases con Michael y estaba en el equipo de baloncesto con Calum. Nosotros lo evitábamos después del problema, Ashton lo detestaba y nosotros, teníamos que hacerlo también. Al menos eso creemos.

—De todos modos ¿qué se supone que vamos a hacer? —. Todos giramos para ver a Ashton— ¿entrar y buscar por todos lados? ¿preguntar y mostrar la identificación? Van a creer que somos secuestradores.

Era justo lo que tenía pensado hacer.

—Tiene la cabeza roja, no será muy difícil de ver.

—Los calcetines tampoco van a pasar desapercibidos —dije seguido de que Calum hablara.

Entramos a la casa, la música fuerte y el bullicio nos golpeó directo en la cara. Lucía agradable, luces de color violeta, verdes y anaranjadas viajaban a través de la habitación. En la recepción había alrededor de veinte personas, a donde miraras había personas bebiendo, avanzamos por la casa y en la sala estaba puesto un karaoke. Veía hacia todas las direcciones posibles en busca de Carrie. Sin éxito giré sobre mis talones para hablar con los muchachos, se habían ido. Ni rastro de ellos.

—Malditos —mascullé entre dientes.

Seguí caminando, no quería encontrarme a Jason y que me pidiera explicaciones o me sacara de la fiesta. Salí al patio trasero, la piscina estaba a reventar de personas. Un futbolito con varios vasos rojos sobre él ocupaba el espacio restante. Personas iban y venían, pero ninguna era Carrie. Ninguna pelirroja, ningún par de extraños calcetines. Alguien me tocó los hombros. Rogaba que no fuera Jason, giré rápido y vi a Michael detrás de mí, tenía una cerveza en la mano y un collar de flores hawaiano en el cuello. No llevábamos ni cinco minutos y él ya se había mezclado bastante bien.

—¿La encontraste? —me preguntó dándole un trago a la cerveza. Dos chicas comenzaron a jugar en el futbolito a un lado de nosotros.

—¿Dónde están Calum y Ashton?

—Ashton fue al baño y Calum fue a buscar a tu chica.

—No es mi chica —objeté.

—Lo que digas, yo solo espero que Ashton no se tope con Jason y lo eche a patadas, o algo peor.

¿Peor? No creía que Jason fuera capaz de causarle daño a Ashton, al menos no por su cuenta, recordé que había visto algunos de los chicos que solían juntarse con él. Pero las amenazas de Jason no me habían preocupado, hasta ahora.

Los calcetines de Carrie (l.h.fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora