q u i n c e

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—Mi abuela conduciría más rápido, Ashton.

—Pues a menos que ella vuelva de ultratumba llena de gusanos y con apetito de cerebros, yo seguiré conduciendo —hablaba Ashton algo fuera de sus casillas, pero no lo suficiente como para estar enojado—, ya te lo dije, simplemente no quiero perderme.

—Y yo ya les dije que sé el camino.

—Michael, tú te pierdes en el supermercado.

—Eso no te lo discuto, pero puedo oler la esencia de los universitarios a kilómetros, soy algo así como... un rastreador de chicas lindas y barriles de cerveza.

—A eso se le llama perdedor.

—Golpe bajo, Cal, golpe bajo.

2:05 am.
¡Tic-tac, tic-tac, tic-tac!

Salimos del hospital como alma que se lleva el diablo, corriendo tan rápido en busca de Betty como para que se me saliera un zapato, me di cuenta estando ya arriba de la camioneta, tonto, tonto, Luke. Volver por mi botín nos hizo perder varios minutos.

—¿Cuál es el plan ahora, Cenicienta?

—No es gracioso.

Mal humor. Mala cara. Mala combinación.

—Creo que tienes que tranquilizarte, Luke. —Calum se ha cruzado de brazos, hablándome indirectamente, está viendo hacia la calle, con la frente recargada en el cristal de la ventanilla.

—Ser Cenicienta no es tan malo, recuerda que nada es peor que ser Blanca Nieves —Michael está empezando a hablar incoherencias—, a ella todos querían asesinarla.

—No creo que esté molesto por eso, Michael —habla Ashton ahora, con las manos sobre el volante, a las doce y a las tres—, escúpelo, Luke, ¿qué pasa? Puedo ir más rápido si quieres.

—No es eso... quizá en parte sí, no lo sé, el tiempo me preocupa, pero quizá ya no deba preocuparme, quizá ya es muy tarde, quizá fue tarde desde el principio.

Ashton ha acelerado un poco. Calum agradece en voz baja y yo inconscientemente he dejado de mover las piernas.

Sólo tienes que relajarte, Luke.

—Si Johnny decía la verdad y ella está en esa clase de fiesta, ten por seguro que nuestra hora límite serían las cinco de la mañana —me dice Calum, intentando hacerme sentir reconfortado.

¿Qué tanto haría Carrie hasta las cinco de la mañana de todas formas?

¿Besar a algún sapo esperando que se transforme en un príncipe? ¿frotar la lámpara mágica y pedir tres deseos?

—Normalmente la fecha límite son las doce campanadas que anuncian la media noche —bromeo. Intentando sonar algo menos preocupado. Los muchachos se ríen y seguimos hablando de ratones parlantes y manzanas envenenadas.

—Pues nuestro encantamiento se rompe cuando encuentres a Carrie, solo entonces ¿de acuerdo? —habla Michael siguiendo el hilo de la conversación, echando la cabeza hacia atrás e intentando estirar las piernas—, eso nos convierte a nosotros tres en tus hadas madrinas, Luke.

—Este sería el cuento de hadas más loco del mundo —habla Ashton.

—Cambia esa zapatilla por un par de calcetines y listo.

Un príncipe azul. Un príncipe para Carrie. Qué idea más tonta.

El encantamiento se rompe cuando encuentres a Carrie.

Creo que le encontré un sentido diferente a la frase de Michael. No quería que aquello que me ató a Carrie se desvaneciera así de fácil.

¿Pero qué pasaría de ser así? ¿qué si el encanto se iba cuando la tuviera enfrente? No tenía un truco bajo la manga. No tenía un plan alternativo. Y el rechazo me aterraba.

Y bibbidi-bobbidi-boo las luces de un Beetle nos hicieron la parada.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó Ashton sin dejar de conducir, redujo la velocidad lo suficiente como para que el auto nos alcanzara, pero nunca se detuvo.

Más problemas, tal vez.

—Nos siguieron. Probablemente.

—¿Por qué te detienes? —le cuestioné a Ashton cuando sentí la camioneta parar. Justo en la esquina de la calle Sidney.

El Beetle se detuvo justo detrás de nosotros y cuatro figuras salieron de él, caminando en nuestra dirección. Las chaquetas de mangas de cuero de los equipos deportivos de nuestra preparatoria relucían en colores rojo y amarillo brillantes bajo las farolas sobre las aceras.

Comenzaron a acercarse.

Otra pérdida de tiempo, que esperaba durara menos que la anterior.





Nota: ¡Hola a todos y todas las lectoras! No soy fan de escribir notas en los capítulos. Pero creo que la situación lo amerita. Antes que nada quiero agradecer sus lecturas y votos, me hacen muy feliz.

En segundo, la historia aún consta de varios capítulos más, si les soy sincera espero publicar veinticinco capítulos, por lo que estamos a menos de diez de que esta historia en donde he puesto un pedacito de mi corazón, termine.

Sin embargo, siempre digo que voy a publicar cuando llegue a tal número y nunca lo cumplo porque me gana la emoción, y aunque no escribo con "ambición" o el mero propósito a votos y lecturas, sí me gustaría que esto creciera un poco más.

¡Así que no olviden votar por la historia y comentar! Compártanla con sus amigos y agréguenla a sus listas de lectura. Personalmente estaré agradeciéndoles todo el esfuerzo en sus perfiles.

Y no me gusta, en verdad, pero quiero esperar un poco para que la historia sea algo más conocida. Por lo tanto el siguiente capítulo no tiene una fecha fija de publicación.

Y también quiero hacer unas preguntillas:
¿Les gusta la historia?
¿Creen que Luke encuentre a Carrie?
¿Quién de los cuatro chicos es su favorito en LCC?
¿Quiénes creen que vayan a morir?



La ultima es broma, de mal gusto pero al final broma.

Sin nada más que decir, a quien esté leyendo, cambio y fuera.

Atentamente:

juliatequila.

Los calcetines de Carrie (l.h.fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora