d i e c i s é i s

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—Qué bueno que están bien, muchachos. Bibbie y las demás estábamos muy angustiadas, así que...

—Los seguimos —interrumpió Bárbara a Willow May. Entornando los ojos y encogiéndose de hombros—, nada del otro mundo, después de su numerito todos huyeron de casa de Jason...

—Tu novio —la cortó de sopetón Michael. Calum estaba incómodo y se le notaba a leguas, no había querido salir de la camioneta cuando Bibbie, Willow y dos de las chicas que venían acompañándolas se asomaron por la ventanilla de Betty para verificar que no habíamos quedado deformes por los golpes.

Bibbie pareció pensárselo, las mejillas se le enrojecieron y miró con el ceño fruncido y las mejillas infladas a Michael. El rubio flequillo le cubría las cejas. Soltó el aire contenido en un agudo bufido.

—No es mi novio —cortó diciendo—, pero aún así, lo siento, Ashton.

—No tienes que disculparte, Bibbie, no fue tu culpa.

—No puedo evitar sentir que así fue.

—Estamos bien —informé con las manos dentro de los bolsillos del pantalón. Mi camiseta estaba estirada del lado derecho del cuello y el cabello lo tenía hecho un desorden, liso de unas partes, parado y tieso de otras y los rizos desordenados al frente.

Bibbie miró en dirección a Calum con los ojos inquietos y la boca apretada formando una línea recta, sabía que ella quería preguntarle directamente cómo estaba y Willow no había perdido el tiempo, se le adelantó y ahora estaba hablando animadamente con él, con la espalda recta apoyada sobre la puerta anaranjada de la camioneta y las rodillas flexionadas. Llevaba sandalias y una blusa rosada de tirantes que dejaba ver sus sobresalientes clavículas. El cabello le caía desordenado a los lados y completamente liso por atrás. Algo muy contrastante a Bibbie, que parecía impecable de pies a cabeza, con ese centenar de pulseras brillantes, las pestañas largas y los pantalones entallados. Willow era desastroza a un lado de Bibbie. Y creo que eso era lo que más desconcertada la tenía, ¿cómo era que Calum hablaba tan tranquilamente con Willow May cuando ella estaba ahí?, justo frente a ellos viendo como intercambiaban sonrisas y palabrería, cuando años atrás Calum se hubiese derretido instantáneamente al cruzar palabra alguna con Bibbie. Ella lo había perdido completa y totalmente. Lo más triste es que creo que lo sabía, pero como cualquiera, se aferraba a la idea más positiva. Esa que no dolía tanto.

La tensión se palpaba con la yema de los dedos y yo estaba en medio de todo. Las miradas asesinas de Bibbie me atravesaban primero a mí, para después llegar hasta donde su amiga.

Tenía el tiempo suficiente conociendo a Bárbara como para saber que ella se quedaría así, indiferente y sin hacer mucho caso, porque Bibbie era así. Te hacía creer que te afectaba más a ti que a ella lo que fuera que pasara.

Y durante todos los años que llevaba de conocerla, nunca, jamás, en la vida, creí que se acercaría a Calum tan agresivamente como lo hizo. La bofetada que le dio se escuchó hasta el otro lado de la calle, Willow la miró horrorizada y se apartó de ahí, pasando por un lado de mí y llegando hasta donde Michael y Ashton estaban igual de sorprendidos -y asustados- que todos nosotros ahí.

Calum la miró con los ojos abiertos como platos y desde donde yo estaba veía la espalda de Bibbie, los hombros subir y bajar con fuerza, las manos empuñadas y las piernas temblorosas. Él bajó de la camioneta, maldiciendo y con la mejilla roja, los dedos de Bárbara se habían estampado sobre la piel de su cara.

—¿Estás loca? —espetó en su cara—, ¡qué demonios te pasa, Bárbara!

—Eres un idiota —murmuró y Calum pareció no haberla entendido.

Los calcetines de Carrie (l.h.fanfic)Where stories live. Discover now