d i e c i o c h o

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Hay momentos en la vida de cualquier persona en los que deseas saber qué habría pasado si hubieras hecho tal o cual cosa diferente, como cuando el tío Benny cumplió cincuenta años, él era un tipo bastante ordinario, nada llamativo y en ocasiones hasta aburrido, mis padres, tíos y abuelos habíamos planeado una fiesta sorpresa para él, algo para alegrarle el día, queríamos sorprenderlo y sacarlo de su monótona y ordinaria (bastante) vida.

Repito, hay momentos en los que te preguntas "¿qué habría pasado si...?".
Teníamos los bocadillos y la música, el abuelo incluso había llenado su departamento con globos anaranjados y amarillos, todo parecía ir bien, apagamos las luces y esperamos a que llegara del trabajo; el tío Benny trabajaba en un callcenter de una compañía de seguros. Al oír la puerta todos guardamos silencio y escuchamos sus pasos entrando a la casa, estaba teniendo una llamada telefónica.

Estoy diciéndote que no puedo soportarlo más, Eudoradijo, mencionando el nombre de la tía Eudora, se ex-esposa—, no puedo seguir con nada de esto, el trabajo es un infierno, los vecinos son un infierno, mi vida es un infierno, no sé qué más hacer, soy un fracaso, —hizo una pausa, todos nos mantuvimos callados, congelados mientras escuchábamos lo que parecía ser el llanto de un hombre de cincuenta años que era completamente infeliz— ya nada vale la pena.

Y entonces encendió a luz de la estancia y ahí estábamos, no menos de quince personas petrificadas, escuchándolo. Entonces el tío Benny comenzó a secar las lágrimas de sus mejillas y colgó el teléfono agregando un "no te molestes en llamarme cuando escuches este mensaje".

Después de eso el recuerdo es bastante borroso, en extremo incómodo sin dudarlo, dejamos de lado la fiesta sorpresa, pues los sorprendidos resultamos ser nosotros al final. Nos fuimos, sin decir más.

Lo que no sabíamos era que en el estómago del tío Benny se encontraban tres frascos de píldoras para dormir, las cuales hicieron efecto un par de horas más tarde, cuando el hospital llamó a mi padre para avisarle que el tío Benny había muerto. No dejó ninguna nota, pero no era necesario, pues sabíamos exactamente lo que sentía y no lo culpo, pero a veces me costaba entender porqué. 

¿Qué habría pasado si no hubiéramos planeado esa fiesta?, ¿no nos habríamos sentido tan mal después?, ¿qué habría pasado si alguien se hubiera tomado la molestia de hablar con el tío Benny? ¿qué habría pasado si nos hubiéramos quedado?, ¿nos hubiésemos dado cuenta?, ¿qué si el tío Benny se hubiera salvado?

Pero también está el otro lado de la moneda, ¿y si el tío Benny no quería salvarse?, ¿y si nuestra fiesta solo lo había hecho sentirse peor?

Hay días como ese, idénticos a la fiesta del tío Benny.

Y hoy, es un día como esos.

Si no hubiera ayudado a Carrie a alcanzar su té helado, no la hubiera visto y si Carrie no hubiera sido gentil con nosotros y no hubiera pagado nuestras cervezas, quizá no habría olvidado su identificación y si yo no hubiera robado su identificación para devolvérsela no hubiéramos ido a casa de Jason Hendricks y no nos habrían dado una paliza y tampoco habríamos hablado con Bibbie y si Bibbie no nos hubiera seguido para asegurarse que estábamos bien, quizá Jason Hendricks no la habría seguido y si él no la hubiera seguido no habría conducido tan rápido en nuestra dirección y definitivamente no estaríamos aquí ahora, en un hospital, de nuevo.

Y tal y como en la fiesta del tío Benny, los recuerdos son borrosos, una camioneta dirigiéndose hacia  Bibbie y Willow May y posteriormente hacia Ashton, que corrió hacia ellas para apartarlas del camino.

—Todo esto es culpa mía, —dijo Bibbie— no debí seguirlos, no debí hacer eso, soy una estúpida.

Quería hablar y decirle algo a Bibbie, contradecirla pero, ¿era mentira lo que decía?, yo creo que no, aunque tampoco era cien por ciento su culpa, pues yo la compartía también, éramos parte de la misma cadena, de la misma serie de eventos que hiciéramos lo que hiciéramos parecía llevarnos al mismo punto: la tragedia.

Pero también estaba el otro lado de la moneda, quizá si no hubiera robado la identificación de Carrie, no habríamos conocido a Johnny o a Joahnna y no habríamos conocido al bebé, Calum y Bibbie no se habrían desahogado y lo más importante de todo, si Ashton no hubiera quitado a Bibbie y Willow May del camino, probablemente las habría arrollado y no habría chocado contra un ábol, pero si eso no hubiera pasado, quizá Jason los habría arrollado a los tres.

Y todo sería peor. Pero pensar en el hubiera y el quizá, en lo que pasó y pudo pasar, hacía que la cabeza me doliera.

El destino era uno y solo uno.

Nuestra red de acontecimientos era inalterable. 

Los calcetines de Carrie (l.h.fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora