Gabrielle era una chica desempleada y con una pésima vida amorosa, pero todo eso cambio cuando su hermano le consiguió trabajo en una prestigiosa empresa. Ahora ella tiene otro problema ¡Su jefe es el mejor amigo de su hermano! Por el cuál había ten...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿Señorita?— me miro expectante y yo trague nerviosa.
—Smith.— por suerte pude contestar sin tartamudear, quedaría más en ridículo de lo que ya estaba a sus ojos, pero aunque lo hiciera no cambiara esa cara de póker que tenía desde que había entrado a la oficina.
Después de tardarse otra media hora en leer mi currículum poso su vista en mí, esa señora no tenia piedad de nadie, su cara no demostraba ninguna emoción era una típica jefa —Bueno señorita Smith, me podría decir ¿por qué debería contratarla a usted y no a las demás?
«Porque en verdad necesito el trabajo, si no tengo dinero me voy a ahogar en deudas y tendré que vivir en puente por no poder pagar mi departamento»
—Tengo ganas de trabajar y prometo esforzarme.— la típica frase que usaban todos los desempleados para poder conseguir trabajo y no quedarse en la calle, un punto menos a mi favor y lo peor de todo era que ni siquiera tenía puntos.
—Todos dicen eso señorita.
Maldición, jefa cara de póker: uno, Gabrielle: menos uno. Adiós posibilidades de poder conseguir trabajo y ser una mujer adulta responsable e independiente.
Di un largo suspiro —Nosotros la llamamos.
¡Nooo!
Eso significaba una sola cosa, seguía desempleada y si no quería terminar viviendo debajo de un puente tendría que regresar a vivir a la casa de mis padres, quedaría ante ellos como una mujer fracasada opacada por los logros de su hermano mayor.
Era una fracasada en todo: vida, trabajo amigos, amores, y un montón de cosas más.
«Eres una fracasada Gabrielle»
Camine por las calles de la ciudad, no entendía como era posible que después de tanto esfuerzo y dedicación que había puesto en mis estudios no pudiera conseguir empleo, me iba mejor cuando estudiaba: tenia mi trabajo de medio tiempo, tenia un techo con mis padres, tenia amigos y no me iba tan mal con los chicos, pero ahora las cosas eran todo lo contrario.
¡Maldita adultez!
¿Por qué tenemos que crecer? ¿Por qué no nos podemos quedar siendo niños? Que yo recuerde la vida cuenda era niña era muy fácil, mis preocupaciones era que si no me dejaran a salir en el recreo con los demás niños porque estaba castigada o porque mis padres no me querían comprar más muñecas, que tiempos.
Me pare en un local de comida rápida, esculque en mis bolsillos y no encontré nada, no tenia nada de dinero para poder quedarme a comer algo así que para despistar la situación me agache a abrocharme los vans. Al levantarme sentí mi celular vibrar y al darme cuenta de que la persona que me llamaba era mi hermano no dude en contestar.
—¿Luke?
¿Qué quería ahora? Estaba pasando momentos difíciles como para estar soportando sus tonterías, la mayoría de las veces yo era mas madura de los dos a pesar de ser la hermana menor.
