The year of Horsey [Mutsurie]

Shadow.

Capítulo IX: Entelequia.

  I just wish that I could have you to keep to myself  

  And if I say the right things can I kiss you at night 

Llamada entrante: Mutsuki Tooru.

— Mutsuki...

— Ah...Urie-kun. Siento llamarte tan repentinamente.

— Descuida, no estaba haciendo nada de todas formas.

— ¿Podría ir por unos libros que le había prestado a Sasaki-san?

— Sí, no creo que haya problema. Estaré esperándote.

— Bien, gracias Urie-kun.

[...]

Abrió la puerta principal de su hogar, disimulando una sonrisa complaciente. Mutsuki Tooru estaba parada en frente de él con el semblante decaído. En ese preciso momento sintió la miseria encarnada en un corazón receloso, y pensó en lo egoísta que se había vuelto sin siquiera tener el consentimiento de su amada secreta.

— Mutsuki (Luces adorable con ese abrigo)

— Urie-kun, sólo vine por algunos libros.

— Entiendo. Por favor, pasa.

Su voz estaba dos tonos por debajo del habitual, más en sus ojos pudo observar un leve brillo. Algo esperanzado, se hizo a un lado para dejarla ingresar a su casa. Se encontraba, inquieto, sumamente animado. La casa era un gran sótano gris, y para ser sinceros desde que Sasaki había desaparecido, no había podido verla, siquiera en la escuela.

Caminó durante el trayecto hasta el living, y no espero demasiado tiempo para que Mutsuki tomara asiento en uno de los sillones disponibles.

— ¿Quieres algo de beber? Mi madre ha comprado un pastel de fresa, puede que te guste.

(¿Qué demonios?; esto... no está bien.)

Mutsuki levantó la mirada hasta toparse con sus orbes oscuros. Aquello parecía extrañarla un poco, de hecho sus acciones delataban su incontrolable ansiedad. La amabilidad, era un ruido que sonaba extraño, en aquellos días.

— Lo siento. Creo que tienes algo de prisa. (Deja de ser tan idiota Urie)

— ¡Oh no!  De acuerdo. Un poco de jugo de durazno, estaría bien, por favor.

— De acuerdo.

Ella tomo el vaso cristalino y bebió un poco de su bebida color anaranjado. Se percató de la mirada de reojo que mantenía Urie, por lo que tímidamente sugirió el nombre de los libros que necesitaba recuperar.

— Oh...Por cierto, el nombre de los libros son "Lobo Estepario" y "Hamlet".

Aquellos títulos no eran material escolar de su año al menos. Algo golpeado por la realidad imagino algún gusto en común. Sabía de los gustos literarios de Sasaki, después de todo, varias veces había sido obligado a permanecer a su lado durante las compras navideñas.

Pero él no pensaba lo mismo de la literatura, después de todo encerrarse en los libros es lo mismo que vivir en una dulce utopía. Muy lejos de ello, Urie apostó por la información reciente y renovada, leer periódicos en varios idiomas había sido de sus hábitos más comunes, en lo que llevaba de vida.