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— Mira, Thor —corría a él un diminuto hombrecito totalmente feliz — hay más dulces en mi canasta.

Thor que había estado viendo la televisión, observó la canasta que había obsequiado a su hermano para que guardara sus dulces, la cual estaba más llena de lo que debería; recordó que le había quitado los dulces  nuevamente a sus amigos en cuanto Loki se había dormido, pero era obvio que no podía decirle tal cosa a su hermano.

— Es porque fuiste un niño muy bueno, y los reyes antiguos de Asgard te han recompensado por haber compartido —dijo el mayor lo primero que consideró adecuado.

El rostro de Loki se iluminó de una forma sumamente dulce, sus ojillos brillaban y la sonrisa que poseía le hacía ver aún más lindo. Escaló hasta sentarse sobre una de las piernas del dios del trueno y le permitió comer un dulce. Thor estaba orgulloso de la actitud que había tomado su pequeño, sin duda decirle aquello había sido una gran idea, pues ahora él creía que si era un niño bueno sería recompensado. "Bien hecho, Thor" se dijo a sí mismo.
Ambos dioses veían un canal de programas infantiles, uno de ellos más feliz que el otro, por obvias razones. El monarca se perdió en su hermanito que gritaba muy alto a una niña ciega que cargaba un mapa parlante y hablaba en inglés; "¿De qué color es la casa?" preguntaba la niña del televisor, "blue" gritaba Loki. Su hermano seguía siendo tan inteligente aunque de nuevo fuera un niño, pensaba Thor, pronto sabría el idioma asgardiano, el español lo manejaba bastante bien, y por lo visto la ciega esa que ahora le hacía gritar "zorro, no te lo lleves" le ayudaría a aprender inglés.

Tony y Steve volvieron por la noche, justo cuando Loki acababa de tomar su baño para poder dormirse limpio y fresco, una pijama amarilla, o como él le corrigió a Thor "yellow" adornaba su cuerpecito. Ambos vengadores habían regresado luego de que el hombre de hierro se percatara de que había dejado el reloj favorito de Rogers en el castillo asgardiano, el porqué Tony tenía ese reloj es historia sin importancia.

— Aquí tienes tu reloj, amigo Steve —dijo Thor que regresaba con el preciado objeto del soldado.

— Gracias Thor —dijo Stark mientras la mirada molesta del capitán le taladraba la nuca— ya debemos irnos.

No pudieron terminar de despedirse, cuando el pequeño gritó un "no, alto" muy fuerte, y rápidamente corrió a la cocina. Al volver junto a él traía varios pasteles, chocolates y un tarro de helado.

— Te regalo esto, Tony —dijo entregando el helado al multimillonario, quien se quedó sorprendido— Steve, toma —siguió el pequeño dando varios chocolates a Rogers.

Cuando el rubio dios se percató, su hermano corría de un lado a otro entregando cuanto objeto se encontrara a sus visitantes. Se preguntaba porqué Loki hacía tal cosa. Entonces Loki tomó de la mano al capitán y lo llevó hasta el televisor.

— Te regalo nuestro televisor, amigo Steve.

El gesto de Loki era de ternura total y sus ojos brillaban demostrando lo feliz que estaba al obsequiar el televisor del castillo; fue entonces que corrió hasta Thor y con una dulce sonrisa le hizo saber la razón de su comportamiento.

— Los reyes antiguos van a estar muy felices, vamos a tener un televisor para nuestra habitación —dijo con la cara más ilusionada que Thor había visto jamás, el cual de inmediato recordó que había ignorado el pedido de su hermano sobre tener una tele en el dormitorio, ¿en qué momento se iba a dormir si ponía un televisor allí? Pero principalmente, recordó su brillante idea al decir a su hermano sobre las recompensas. De pronto ya no parecía una idea tan magnífica.

Steve se acercó a él y poniendo su mejor rostro de intriga le pidió que le explicara por qué decía aquello, la explicación del niño arrancó fuertes carcajadas a Tony, quien al notar que Loki lo miraba confundido reía aún más fuerte. Rogers debió reprenderlo y pedir a Thor que pensara antes de decirle a Loki lo primero que llegara a su mente; entonces el dios del trueno respiró profundo y le explicó al pequeño dios que las recompensas no funcionaban de ese modo, y que no podía regalar las cosas solo para obtener dos iguales. La decepción en su pequeña carita fue lo más gracioso que habían visto los tres adultos.

— Oh, rayos —dijo Loki mientras colocaba de nuevo todo en su sitio. Y Thor empezó a preguntarse si realmente era buena idea permitir que viera Dora la exploradora.

Baby Loki  &  Thor Where stories live. Discover now