17.2

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Thor dirigía la preparación de la pijamada, eran las siete de la noche y los niños llegarían en una hora; Loki lo seguía de un lado a otro muy ansioso, quería por su naturaleza que todo saliera perfecto.
Los sirvientes del castillo habían preparado todo tipo de comidas y postres y se encargaban de arreglar una de las habitaciones del castillo para que todos los niños estuvieran cómodos. Thor encargó a una joven el cuido de los pequeños durante la noche, ella debía llevarles alimentos y bebidas, pero debía también dejar que permanecieran solos.
El rey hizo colocar una barra de bar en aquella habitación, pues creyó que a los niños les agradaría sentirse como vikingos.

— ¿Estás muy ansioso, hermano? —preguntó Thor lo que ya sabía, pues le divertía ver a Loki en aquel estado. El niño era tan perfeccionista.

— ¿Y si algo sale mal? ¿Si falta alguna cosa? ¿Qué tal si no lo hago bien? ¿Y si ya no quieren ser mis amigos? —el pequeño Loki bombardeó con tantas preguntas que Thor se sentó un momento y luego lo colocó sobre una de sus piernas.

— Estás asustado de hacer algo mal y quedarte sin amigos, ¿no? — Loki afirmó y el mayor le acarició el cabello— no te preocupes por eso, no necesitas que todo sea perfecto. Los amigos estarán contigo cuando todo esté bien, pero también cuando las cosas vayan mal; si alguien quiere estar a tu lado solo en los mejores momentos, entonces no merece ser tu amigo — el pequeño lo miró más tranquilo, las palabras de Thor siempre lo ayudaban. Y el mayor no sabía cuándo fue que los dioses le habían otorgado ese don de palabra — tú eres el príncipe de Asgard, Loki. Cualquiera quisiera ser tu amigo; ahora quiero que respires, te calmes y te diviertas, ¿de acuerdo?

—Sí, gracias —Loki abrazó el cuello de Thor y ambos fueron a sentarse a un sofá, mientras esperaban la venida de los nuevos amigos.

Luego de unos quince minutos la puerta principal del castillo fue golpeada, Loki se bajó del sofá nervioso y miró a Thor; el mayor vio la forma en que movía sus pies y con una sonrisa le dijo que debía calmarse, luego lo instó a ir a abrir.

— Hola a todos, bienvenidos al castillo —saludó Loki haciendo una bonita reverencia, la cual fue imitada por los demás invitados, el niño de color besó la mano otra vez.

Loki los llevó a todos directo a la habitación que se había preparado para la actividad y se sorprendió al ver a todos correr, pues dicha acción significaba que estaban tan ansiosos como él. La sorpresa pasó  rápidamente a ser alegría.
Thor conversó con los padres un rato, luego fue a cenar. Era la primera vez que cenaba solo después de haber recuperado a Loki, pero lo prefería así, para que su hermano se divirtiera lo más posible. Thor comía mientras veía una película, sin Loki no era necesario usar el comedor; escuchaba los gritos y risas de los pequeños y eso lo hacía feliz.
El grupo de chicos se divertía actuando como vikingos bebedores en la barra de bar, les habían colocado un barril con coca cola, obviamente sin que el rey lo supiera, así que la energía en aquel sitio era impresionante.

— Juguemos verdad o reto —propuso una de las niñas, y los demás estuvieron de acuerdo en que Loki debía ser retado primero, como un tipo de ritual de bienvenida o algo así, Loki valiente aceptó.

— Tu reto será —habló el pequeño líder manteniendo el suspenso— robar una botella de hidromiel y traerla aquí.

Los demás jóvenes se impactaron e hicieron un sonidillo de sorpresa, si el rey se daba cuenta que habían robado licor todos iban a estar en graves problemas, pero Loki se sacudió las ropas limpias, respiró hondo y salió de la habitación.
El príncipe conocía bien la ubicación del hidromiel, de modo que se acercó con pasos sigilosos, observó a Thor en el sofá y utilizó todo tipo de artimañas para pasar desapercibido, incluso se arrastró como soldado en trinchera. Llegó a la cocina y vio el estante alto que guardaba aquello que había ido a buscar, sería difícil llegar hasta ahí; pero nada imposible para Loki el listo. Usó una silla para trepar hasta el mueble y después escaló con dificultad hasta tomar una botella, con el hidromiel en mano solo quedó dejar todo igual a como estaba y correr a la habitación. Los niños nerviosos lo esperaban en la puerta e hicieron una gran algarabía al verlo llegar con botella en mano.

Baby Loki  &  Thor Where stories live. Discover now