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Thor se encuentra de rodillas frente a Loki, el uniforme correctamente arreglado, el cabello perfectamente peinado; lo observa  atentamente buscando alguna imperfección. Él recuerda ese mágico y milagroso momento en que lo recuperó en la entrada de la torre Stark, nunca sintió una felicidad más grande en su vida, lo sigue observando con tanto amor y a su mente viene el recuerdo de aquel día en que su hermanito aprendió a compartir, recuerda las discusiones, las salidas, los juegos, las rabietas; él lo recuerda todo. Observa a Bonnie cerca y la emoción de Loki vuelve a él como una alucinación, Thor sonríe.

— Estás perfecto, Loki —dice el monarca mirándolo fijamente, y el niño mira al suelo avergonzado — no quiero que hagas eso, Loki. Eres el príncipe de Asgard y el dios del engaño, nunca bajes la cabeza — Loki obedece, mirándolo con ojos arrogantes — estoy orgulloso de ti, hermano.

No hay nada más importante para un pequeño jovencito que ser motivo de orgullo para su adulto más importante, y Thor era todo eso para Loki, la sonrisa del bonito príncipe era sencillamente hermosa.

Thor lleva a Loki a la pista de aterrizaje justo detrás del castillo, y luego de hablar unos minutos con el piloto, besa la frente de Loki y le da palabras de ánimo para después verlo subir al jet.

Thor lo observa sintiéndose abrumado por la emoción, su pequeño ya no es un bebé, ahora es un niño grande; uno que viajará a muchísimos kilómetros de distancia lejos de él. Sabe que su vida no será igual de adelante, Loki conseguirá nuevos amigos, y el tiempo de hermanos se reducirá. No sabe cuándo fue que las lágrimas empezaron a bajar por su rostro; pero rápidamente se limpia la cara cuando antes de ingresar a aquel transporte, Loki voltea.

— Hasta luego, Thor.

— Hasta luego, cariño. Da lo mejor.

¿Fin?

Baby Loki  &  Thor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora