19

3.5K 455 28
                                    

Siendo el último día libre de Loki antes de entrar a la escuela infantil, Thor quiere pasar todo su tiempo con él, pero no quiere hacer algo que lo agote demasiado. Juntos planean un día de juegos de mesa y películas; el rey dio unas monedas a Loki y colocó a su lado la misma cantidad, apostarían jugando blackjack.

— Tengo 18 —dijo Thor creyéndose ganador.

— Yo tengo 21 — mostró Loki un as de diamantes y una K, pero siendo tramposo, Thor le dice que aquella carta de diamantes tenía el valor de uno y por lo tanto contaba con once puntos, Loki lo pensó unos segundos — Pero también vale once, dame mi dinero. —el rey rió y le dio las tres monedas que apostaban en cada partida.

Continuaron apostando en blackjack y poker hasta que Thor se vio sin monedas, se preguntaba cómo un niño de seis años había conseguido quitarle todo el dinero, pero Loki había sido siempre más listo que él, muchísimo más. Loki fue rápidamente a guardar el dinero adquirido a su habitación y volvió para jugar una partida de monopolio, apostaban la decisión de la cena; finalmente Thor ganó, pero Loki lo retó a una partida de Uno para robar su ganancia, el rey aceptó y el príncipe ganó el poder de decidir qué se comía por la noche.
Pasaron el día jugando naipe, ajedrez, gran banco y más juegos similares, Loki era bastante bueno en los juegos en que debía buscar alguna estrategia; y cuando tenían hambre Thor llamaba por hamburguesas o nachos. Entonces cayó la tarde.

— ¿Qué vamos a cenar, Loki? — hizo Thor la pregunta cuando apenas eran las seis con treinta minutos, Loki pidió pizza — de acuerdo, ¿cómo la quieres?

— Con borde de queso, y queso extra por encima —meditó Loki — muchísimo queso.

Thor llamó a la pizzería y ordenó la famosa pizza cuatro quesos, para cuando llegó entre ambos habían decidido qué películas ver: La saga de El rey león.
Loki lloró con la muerte del rey Mufasa y se alegró con la canción de Timón y Pumba, también se sorprendió al notar como el mayor conocía en su totalidad la letra de cada canción. Justo cuando empezaba la segunda película, Loki posó sus ojos sobre Thor, pues el mayor a propósito lo había asustado imitando el cántico en esa lengua africana del inicio de El ciclo sin fin; Thor se había reído bastante con el salto que pegó el joven príncipe.

Ambos habían pasado un lindo y relajado día, jugando, viendo películas y comprando comida poco saludable, estaban gustosos. Y luego de poco más de cuatro horas habían acabado de ver las películas. Thor decidió que era ya muy noche y Loki debía descansar lo más posible.

— Es hora de dormir, Loki —dijo el rey cargando al muchacho como saco de papas, Loki se dejó hacer.

— No me quiero bañar, hermano —pidió, sabía que era imposible que Thor lo permitiera, pero debía intentarlo. La respuesta fue lo que ya esperaba — ¿solo por esta noche?

— No, Loki — dijo nuevamente — decisión final.

Thor como cada noche preparó la bañera con agua tibia y burbujas, le colocó los patos de hule y fue por Loki, y como cada vez que el príncipe tomaba un baño, él lo ayudó a bañar.
El uniforme de Loki yacía limpio, planchado y perfumado en la habitación del príncipe, junto a unos lustrosos y elegantes zapatos negros, todo estaba listo para su primer día en la escuela infantil. El dios del trueno llevó al pequeño a la cama y tomó unos minutos para ir a bañarse.

— Es tarde, Loki. Tienes que dormirte ya mismo — ordenó Thor estirando su brazo para que Loki apoyara la cabeza sobre su hombro, y así pudiera él abrazarlo para que durmiera rápido. Thor lo abrazó con fuerza, como si aquel día  fuera el último que tendría al príncipe junto a él; era verdad que su tiempo juntos disminuiría  considerablemente y aunque intentaba ocultarlo aquello asustaba mucho al rey, el joven príncipe lo notó pues se sentía igual. Esa noche se abrazaron con más fuerza de la que  habían utilizado alguna vez.

Baby Loki  &  Thor Where stories live. Discover now