《She is Negan》 Carl Grimes

19; "FIRE GUN"

Capítulo 19

A r m a  d e  f u e g o

[Love Me Tender] - Elvis Presley

Año 2010

-Tío Don, estoy cansada, ¿podemos parar?

Don dejó de andar y miró a su pequeña sobrina de diez años con una sonrisa. Evan y Ryan pararon también. El primo mayor, de catorce años, estaba sudando. Su camiseta se le apegaba al cuerpo. Andar por en medio de la carretera a las tres de la tarde sin haber bebido agua durante todo el día, los estaba haciendo polvo.

-Está bien- respondió-. Descansaremos. Pero ya sabéis, chicos, que no podemos pararnos mucho rato.

-Vale- sonrió la pequeña-. ¡Juguemos a algo!

Ryan puso los ojos en blanco mientras sacaba su arma de la funda.

-Siempre haciendo cosas útiles para la supervivencia familiar, ¿eh?

Su tono había sido irónico y ofensivo. De vez en cuando, a Ryan le molestaba ir con niños tan pequeños. No se concentraban en lo que realmente tenían que hacer.

-Ryan...- dijo Don como advertencia.

-Es un aburrido- replicó Evan sacándole la lengua.

-Lo que vosotros digáis. Voy a buscar algo para comer.

-No. Te quedarás aquí con nosotros- ordenó Don-. No nos podemos separar. Necesitamos un descanso, hijo.

Ryan no replicó. Se volvió a poner la pistola en la funda y se acercó a ellos. Allison y Evan jugaban en el suelo a algo extraño que se acababan de inventar. La niña levantó la cabeza para ver a su primo mayor, el cual le dedicó una mueca no muy agradable. Ella tan solo le sonrió. Le hacía gracia cuando se ponía así y sabía que lo único que necesitaba era un poco de atención. Ryan se sentó en el suelo también, a unos pasos de ellos.

-Tío Don, ¿dónde iremos ahora?- preguntó. Su voz era aguda pero no llegaba al punto de ser chillona.

-No lo sé, Ally. Andaremos hasta encontrar un nuevo hogar.

-¿Por qué hemos dejado el que teníamos?

Era muy ingenua todavía, inocente. Llevaba un vestido rosa pálido del cual resaltaba el cinturón que llevaba para cargar su cuchillo. Era un gran contraste. Incluso estaba manchado de sangre.

-Ya no queda nadie allí, cielo- respondió.

Todos habían muerto por culpa de una horda. Una gran horda. Don creía que alguno de los del grupo estaría perdido por el bosque, buscándolos. Pero no podían esperar allí, tenían que moverse. Nada les retenía.