Ella ha caído en una trampa. Lo ha perdido todo.
Ella es la nueva.
Ella tiene un oscuro pasado.
Ella usa un revólver para defenderse de los muertos que ahora habitan en el mundo.
Ella es valiente, pero tiene miedo.
Ella es Negan.
❝El amor requi...
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[Brave] - Riley Pearce
Allison Moore se encontraba en su habitación, colocando las balas dentro de su queridísimo revólver, el cual recuperó cuando se unió al grupo de su padre. Una sonrisa surcaba la cara de la joven. Llevaba el pelo suelto después de un largo tiempo solo llevando trenzas. Debía reconocer que así se sentía más libre y cogía mucha más confianza en ella misma. Tal vez por ello había decidido dejarlo así ese día.
Alguien llamó a su puerta y ella levantó la cabeza para observar quién era aquel que estaba asomándose. Negan le sonrió mientras entraba. En su mano llevaba a Lucille y estaba perfectamente afeitado.
-¿Cómo vas, princesa?- le preguntó.
-Ya estoy casi lista- respondió mientras guardaba los repuestos de balas en uno de sus bolsillos-. ¿Y vosotros, papá? ¿Cuándo saldremos?
Negan suspiró de satisfacción mientras veía a su hija trabajar de forma tan entusiasta. Era una verdadera Salvadora. Estaba jodidamente orgulloso. En poco tiempo se había vuelto en la persona más obediente y leal que jamás había tenido en aquella fábrica. Trabajaba rápido y los resultados siempre eran perfectos.
-Los Carroñeros ya nos han avisado. En Alexandria están preparándose. Nosotros deberíamos ir saliendo ya. ¿Llevas todo lo que necesitas?
Allison asintió todavía sonriente.
-¿Sabes?- le dijo su padre-. Con el pelo suelto estás muy guapa. Me acuerdo de cuando tenías cinco años y me pedías que te hiciera peinados- pasó un brazo por sus hombros mientras salían de la habitación de la joven y empezaban a andar por el pasillo-. Estoy muy orgulloso de que seas mi hija, Ally.
-Gracias papá- hizo una pausa-. Hoy ganaremos. Lo sabes, ¿no?
Negan soltó una carcajada.
-Claro que lo sé. Ese idiota de Rick no tiene ni idea de la trampa que le hemos tendido. Siempre vamos un paso por delante, cielo. Siempre un paso por delante.
-Como debe ser- asintió ella.
Antes de girar la esquina del pasillo, Allison paró en seco. Deteniendo a su padre también.
-He olvidado coger algo. Vuelvo enseguida.
-Te espero en el camión, Ally. No tardes.
-No, papá. ¡Dos minutos!
Fue corriendo hasta su habitación. No les quedaba mucho tiempo. Si querían que todo les fuese sobre ruedas, debía darse prisa. Cogió aire un par de veces y trató de tranquilizarse. Pronto ganarían. Eso era lo único que la mantenía fresca y en cierto modo feliz. Una vez dentro de su habitación, agarró la pequeña nota amarillenta y la guardó en el bolsillo de sus pantalones. Salió disparada de nuevo hacia la salida del Santuario donde ya todos los Salvadores estarían esperándola.
