《She is Negan》 Carl Grimes

33; "ALLY WILL KILL ME"

Capítulo 33

A l l y  m e  m a t a r á

Evan Moore se encontraba escalando los muros de Alexandria con una mochila colgando de su hombro derecho. Ni siquiera se había dado cuenta de que Carl había llegado a su lado y estaba observándolo fijamente desde el suelo. Parecía muy enfrascado en su tarea.

-¿Dónde vas?- le preguntó el ojiazul. 

Evan nunca había salido del pueblo desde su llegada con Jesús, ni siquiera para ir a Hilltop. Aunque Carl sabía de antemano cuál iba a ser su respuesta, prefirió preguntárselo para estar más seguro. 

-A por Allison- respindió después de haberlo mirado unos segundos. 

-¿Sabes llegar?

-No. Pero mañana es el día en el que los Salvadores visitan Hilltop- clavó uno de los palos en el último agujero que quedaba-. Me colaré en uno de sus camiones. 

Después hizo una pausa para poder observar a Carl, que seguía estático mirando al rizado. 

-¿Vienes?- siguió. 

Y sin pensárselo dos veces, el pequeño sheriff asintió. Evan le pasó los palos una vez ya no los necesitó y esperó tranquilamente a que su compañero cruzara el muro para ir juntos a por aquella chica a la que tanto querían. Su aspecto no había sido el mejor cuando la vieron, ambos estaban realmente preocupados. 

Empezaron a andar. El camino por el bosque fue silencioso, los dos enfrascados en sus pensamientos, en encontrar a Allison, en salvarla. Justo cuando llegaron a la carretera, Evan decidió abrir la boca. Carl también le preocupaba en cierto modo. Había podido comprobar en sus ojos celestes lo fatal que estaba. Intentaba disimularlo, claro. Pero en el fondo tanto Carl como él sabían que nada de lo que estaba ocurriendo era bueno. Y tampoco lo que estaba por venir. 

-¿Qué te dijo ella?- le preguntó mientras andaban cada uno a un lado de la carretera-. Cuando vino. 

-Lo mismo que os dijo a Tara y a ti. Que solucionaría... esto. Que estaríamos bien. Pero confesó que su padre tiene muchos más recursos que nosotros para ganar esta guerra. 

-¿Qué guerra?- Evan lo miró antentamente con el ceño fruncido. 

-La que estallará dentro de poco. 

Ambos callaron durante unos segundos. 

-¿Sabes?- siguió Carl-. Ver cómo se la llevaban a la fuerza fue la peor sensación que he experimentado nunca. En ese momento juré asesinar a Negan. Y estoy dispuesto a cumplir mi promesa. 

-Yo también lo haría- suspiró Evan, le era difícil decir aquello puesto que era su tío-. Es horrible pero esto es así- miró a Carl de reojo-. Haces cosas por la gente a la que quieres... o querías. Yo daría mi vida por Allison- apretó los labios-, es la persona a la que más quiero en este mundo. 

Un corto tiempo después, Carl encontró una bolsa vieja y desgastada a un lado de la carretera. Esta contenía unos patines en perfecto estado. Le propuso a Evan ir con ellos para poder llegar antes a Hilltop y este aceptó. ¿Qué menos? Así, además de adelantar, podían divertirse un poco. Al principio fue una situación caótica ya que ninguno de los dos sabía cómo mantenerse en pie con aquellas cosas, pero consiguieron pillarle el truco. 

Cuando estuvieron cansados, pararon a descansar. Montaron entre los dos un pequeño y rápido asentamiento donde poder dormir para recuperar las fuerzas, con latas colgando de un largo hilo. La noche les pareció infinita y sombría. Evan intentaba suavizar el ambiente, tratando de hacer chistes malos para animar a Carl. Se habían convertido en buenos amigos después de todo. Y la situación en la que estaban en esos momentos, solo los hacía volverse más vulnerables. Ambos lo sabían. Lo entendían. 

La densa capa oscura que cubría el cielo poco a poco fue transformándose en la luz del alba, aquella anaranjada. El frío se caló en sus huesos y enseguida supieron que debían seguir su camino hacia Hilltop. Cada paso que daban, significaba estar un paso más cerca de Allison. Aquello les reconfortaba de alguna manera. 

-Te lo dije- sonrió Evan cuando al fin pudieron divisar Hilltop. 

Desde su "escondite", detrás de unos árboles, podían ver a la perfección los diversos camiones de los Salvadores y a estos mismos cargando cajas llenas de alimentos. 

-Creo que Negan no está- suspiró Carl-. No veo el camión negro. Tal vez así sea más fácil. 

Evan lo miró unos segundos. 

-No hagas ninguna estupidez- le advirtió-. Lo veo en tus ojos. Tenemos que sacar a Allison de allí y debemos ceñirnos al plan del que hablamos anoche. 

-Lo sé. 

-Bien. Y alegra esa cara, podrían confundirte con un caminante- sonrió mientras empezaba a andar, escurriéndose entre la maleza. 

Carl sonrió también. 

Poco tiempo después, ambos estaban en uno de los camiones. Habían logrado entrar distrayendo a los Salvadores que vigilaban con piedras y algún que otro petardo que Evan llevaba guardado en el bolsillo de sus pantalones vaqueros. Muy inteligente. Lo había aprendido de Jesús. 

Una vez el motor del coche se puso en marcha, el rizado sacó algunas botellas de alcohol de una caja y las fue abriendo una a una para verter su líquido por la parte trasera del camión. 

-¿Qué haces?- le preguntó Carl. 

-Marcar el camino. Sé que el Santuario no está lejos, pero quiero asegurarme. 

Y efectivamente. No más de un cuarto de hora después, podían empezar a distinguir algunas esculturas religiosas a los lados de la carretera. Sabían lo que aquello significaba. Estaban cerca. Muy cerca. Evan miró a Carl. Era el momento de seguir con su plan. 

-Tenemos que saltar- le dijo. 

-Pero el coche está en marcha. 

Evan frunció ligeramente los labios y entrecerró los ojos, repasando mentalmente sus opciones. 

-No va muy rápido- explicó al fin-. El salto no hace daño, lo que duele es la caída. Debemos tirarnos y rodar. Será fácil. Nos esconderemos detrás de uno de los coches que hay en la carretera y después los seguiremos andando. 

-No creo que lo consiga- había cierto temor en la voz de Carl. 

-Te he visto disparar a larga distancia con un ojo menos, apuntarte a una misión casi suicida para ayudar a Maggie y amenazar a mi tío de muerte. ¿Me estás diciendo que temes no poder saltar de un simple camión en marcha? No me jodas, Grimes- hizo media sonrisa-. Puede que yo esté como una cabra chiflada, pero no soy el único loco de este camión. 

-Oh, por Dios- Carl puso los ojos en blanco. 

-Quejica. 

El sheriff suspiró. 

-Vale- asintió-. Lo haré. Pero tú primero. Soy nuevo en esto. 

-Claro. 

Tras una última mirada, Evan saltó del camión y rodó por el suelo tal y como le había explicado a Carl. Después de haberse escondido tras un montón de basura, esperó impaciente a que su amigo ojiazul repitiera sus pasos, pero este se dedicó a saludar de forma burlona desde el interior del camión. 

Evan bufó frustrado viendo cómo se alejaba. 

-Hay que ser jodidamente idiota- masculló-. Ally me matará después de esto.