Parte 15

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—¿No te importa? —preguntó Martín a Bea.

—No —dijo Bea sonriéndole—. La verdad es que lo prefiero. Habría sido muy raro.

—¿Y por qué viniste entonces?

—Hugo insistió —contestó Bea.

—¿En qué vinieras tú? —Martín estaba sorprendido—. ¿Por qué?

Bea carraspeó y se giró un poco más hacia Martín.

—Le preocupas —dijo Bea con voz suave—. Cree que yo puedo ayudar. —Martín negó con la cabeza y Bea le acarició el hombro—. A mí también me preocupas, Mart.

Martín agitó la mano indicando que no quería hablar del tema.

—Es un buen amigo —dijo Martín al cabo de un rato.

—¿Un buen amigo? —Bea resopló escéptica—. Me he enterado de lo que le hizo a Germán.

—No eran técnicamente amigos, se habían tomado alguna cerveza juntos, habían echado algún FIFA. No sé, no eran íntimos. Pero sí, da igual, fue un hijo de puta y tuvo lo que se merecía.

—¿Lo que se merecía? —preguntó Bea.

—¿Qué sabes de lo que pasó?

—El titular —dijo Bea intrigada—, que se tiró a su novia.

—No se tiró a Lu.

—¿Lu? ¿Es la misma chica con la que está ahora?

—Sí, llevan mil años juntos. Pero no se la tiró, en realidad... A ver, esto fue hace bastantes años. Estábamos en el piso de Hugo de estudiante, vivía con otros cuatro tíos. Aquel piso era... —Martín hizo un gesto de asco—. Te puedes imaginar. Bueno, no viene al caso. Germán estaba de exámenes y los demás habíamos acabado o pasábamos del tema. Yo estaba en segundo de carrera, creo. Así que fuimos a tomar cervezas a casa de Hugo. Se vino Lu con una amiga, venían súper arregladas de un cumpleaños. Creo que la idea de Lu era juntar a su amiga con Iker, que fue exactamente lo que pasó a la media hora de llegar. Se metieron en una habitación y se quedó Lu con nosotros. Estuvimos viendo vídeos y bebiendo. Nos fuimos todos a casa y dejamos el salón hecho un desastre. Lu se quedó a ayudar a recoger, que fue algo que Hugo malinterpretó. Imagina lo asilvestrados que estábamos. A partir de ahí hay dos versiones.

—¿Dos versiones?

—La de Hugo y Lu, y la que nos gusta creer a los demás.

—¿Cómo? —Bea reía sorprendida.

—Ellos cuentan que Hugo empezó a besarla, ella le apartó y como él iba como las piedras tropezó y se partió la nariz contra el pico de una mesa.

—¡Ay! —A Bea le dio dentera y se llevó las manos a la cara.

—Es una versión más aburrida, aunque la parte de la ambulancia...

—¿Ambulancia? —Bea no salía de su asombro.

—Sí, había sangre por todas partes. Se la había partido bien partida, le tuvieron que operar. Total, que había mucha sangre, Lu se asustó y llamó a una ambulancia. Iker y la amiga salieron de la habitación en pelotas. Lu se sentía tan culpable que le acompañó al hospital, pero también había bebido así que vomitó en la ambulancia. —Bea estaba flipándolo—. Luego se lio muchísimo porque Lu dijo en el hospital que era la novia de Hugo para que la dejaran acompañarle. Germán había ido a buscarla a urgencias y escuchó aquello sin contexto. Lo malinterpretó. Encima Lu estaba súper nerviosa cuando trató de explicar la historia a Germán y la contó al revés, como que ella se había abalanzado sobre Hugo...

Si me dices que noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora