Un viejo cerezo y un joven chempasuchil

1.2K 80 52
                                    

El día era bastante agradable, el cálido sol dejando sus rayos bañar la esplendorosa y colorida ciudad de San Fransokyo, la brisa ocasional volvía fresco de una bella forma el clima y el ruido de la ciudad estaba disminuido. Especialmente en el parque principal, era un poco parecido al Parque Central de Nueva York pero mas pequeño y con mas detalles al estilo de un jardín japonés, aunque tenia flora de muchas partes del mundo.

Varias melodías se podían escuchar, algunos practicando con sus flautas, algunos sin audífonos que ponían su celular a reemplazar un parlante. Pero había una melodía en especial que resaltaba mucho llamando la atención de aquellos que pasaban por las cercanías.

Los pétalos de las flores amarillas del Lluvia de oro danzaban por los alrededores al caer a los alrededores de una figura sentada al pie del árbol. Con una deslumbrante sonrisa el joven latino con piel caramelada, pantalón largo celeste de mezclilla, camisa blanca, botas de marca y su sudadera roja favorita. El joven muchacho hacia sus dados danzar sobre las cuerdas de la guitarra creando una preciosa melodía romántica y tranquila que encantaba a quienes se acercaban.

Sus ojos cerrados y el como de mordía ligeramente el labio delatando su concentración junto a la inspiración que inundaban su cuerpo tocando. En algunas ocasiones algunas personas se acercaban a intentar hablar con el. Sin embargo el mexicano ni siquiera abría los ojos, no echaría a perder su pequeño universo mental de música con una pequeña y apenas naciente flor de chempasuchil acompañandole a su lado.

Aunque había un evento que sucedía de vez en cuando del que muy pocos se habían percatado. El latino si que abría los ojos, pero no para ver a aquellos que se habían acercado a el, sino para ver a quien quería acercarse.

A varios metros, en las faldas de las flores de cerezo casi escondido yacía una figura joven. Su delgado cuerpo danzaba ligeramente por la posible melodía que le transmitían sus audífonos. Sus delgadas y finas manos pálidas hacían girar entre sus dedos que parecían moldeados justo para tocar el piano. La melena azabache que se asomaba debajo de las flores de cerezo que le cubrían por una manta cubrían y descubrían su rostro por la brisa fresca que recorría el parque, aunque unos mechones mas largos estaban recogidos en una pequeña coleta en su nuca. Sus delgados labios del color de las flores que caían a su alrededor formaban una sonrisa calmada que de vez en cuando al abrirse dejaban ver una pequeña apertura entre sus dientes frontales. Y lo mejor, sus grandes y almendrados ojos casi tan oscuros como su desordenada melena demostraban su alta concentración en... Lo que fuera que estuviera leyendo mientras esta se pasaba de hojas a cuadernos, a su telefono, a un libro y viceversa.

Simplemente era absolutamente hipnotizante para el latino muchacho tan locamente enamorado a escondidas.

Muchos pensarían que probablemente se trataría de un simple amorío repentino y pasajero de ese mismo día. Como cuando te llama la atención alguien sentado cerca en el autobus, o en la playa. Esa persona que te parece atractiva y le lanzas varias miradas a escondidas, si tienes mucha suerte incluso intercambian un par de palabras antes de tener que irse cada quien por su lado.

En cierto punto de vista lo era, pero mas bien era un amorío secreto que tenía desde niño. Ese bello mestizo le inundaba los pensamientos desde antes de ir a San Fransokyo, de hecho le quitaba el sueño desde antes de ir a la Tierra de los Muertos cuando aun era un niño.

Ah... ¿Cómo olvidar ese día tan especial?

Fue cuando estaba apenas atreviéndose a practicar musica a escondidas de su de mente muy cerrada familia, y sobretodo, de la muy estricta matriarca de la casa que le daría con la chancla hasta el cansancio si se llegaba a enterar. Si le dejaba la espalda quemada por rechazar uno de sus tamales, solo Dios sabría que sería de el si se enteraba de las "atrocidades" que hacía su nieto menor cuando no estaba a la vista de algún familiar (sobretodo de su muy chismosa prima Rosa).

One-Shots Kuban, Hiroguel / Higuel Y Hijack / FrostcupWhere stories live. Discover now