Chris Evans

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Miraba a Christopher con una sonrisa, él me sonreía también.

—No puedo creer que estemos juntos, ¿Recuerdas lo que me dijiste la primera vez que te conocí? —dijo riendo.

—¿Lo de "yo no me enamoro"? Sí, creo que lo recuerdo.

—Y luego te dije que te haría cambiar de pensamiento, y te prometí un par de cosas.

Sonreí aún más. Este hombre era perfecto.

Besó mi mano como si fuera de la porcelana más frágil, siguió por mi muñeca y subió por todo mi brazo.

—¿Me amas? —preguntó antes de besar mis labios.

Tomé sus mejillas con una sonrisa, acaricié su barba. Le quedaba tan bien.

—Claro que te amo, Christopher.

Besó mis labios cortamente para después acariciar mi cintura.

—Te prometí amarte, respetarte, hacerte feliz, quererte... Y por, sobre todo darte lo que mereces y más.

—Y creo que hiciste un muy buen trabajo —dije riendo.

Sonrió mirándome a los ojos.

—Recuerdo que dijiste que querías ir lento y te respondí que me parecía la mejor idea —dijo.

Reí fuertemente, claro que recordaba eso.

—Fue un segundo antes de que me besaras.

Asintió con su cabeza, me pegó a él con suavidad en su agarre en mi cintura.

—¿Sabes? Me encanta como te queda esa camisa mía —me dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

Lo besé lentamente, disfrutando de sus labios.

—Me gustaría vivir contigo, en un lugar alejado... En el campo, una linda casa —susurró sobre mis labios.

—Es una idea genial... Pero tendrías que viajar hasta la ciudad para tomar un vuelo.

Chasqueó su lengua con desinterés.

—No me interesa, hagámoslo.

Asentí y lo volví a besar.

Un mes después nos encontrábamos mirando nuestra casa, él me agarraba de la cintura suavemente, volteó para verme sonreír y yo hice lo mismo.

—Te amo —me dijo totalmente embobado.

Lo abracé por el cuello con una sonrisa.

—Estoy embarazada —susurré en su oído.

Me aparte para ver su reacción y él solo me miraba paralizado.

—¿Qué? ¿Es en serio? No juegues conmigo.

—No estoy jugando, Christopher —dije riendo.

Empezó a reír mientras me levantaba por el aire, me dio un par de vueltas y me dejó en el piso otra vez.

—Quiero besarte, abrazarte y al mismo tipo decirte lo mucho que te amo, que eres perfecta y agradecerte por todo.

Me acarició la mejilla lentamente con una hermosa sonrisa en su rostro, sus ojos estaban cristalinos.

—Te adoro, eres lo más preciado para mí... Cambié tanto al estar a tu lado —susurré acariciando sus mejillas también.

Comenzó a llorar con una sonrisa en su rostro, lo besé luego de secar sus lágrimas.

—¿Quieres entrar? —susurró.

—Claro que sí.

Me tomó de la mano y me llevó adentro de nuestra nueva casa.

Dos días después nos dispusimos pintar, aunque fue más una guerra de pintura que otra cosa.

—¿Me ayudas?

Miré la parte de arriba de la pared, no llegaba allí, luego lo miré a él.

Se acercó a mí y me alzó en sus hombros, empecé a reír mientras que pintaba la pared, puse mis piernas de forma que no me cayera de arriba suyo así estábamos más cómodos.

—¿Listo? —preguntó riendo.

—Si.

Me bajé de sus hombros y le di un pico en agradecimiento, pero él me manchó con pintura la espalda.

—¡CHRISTOPHER! —exclamé riendo.

Empezó a reír fuertemente con su hermosa risa. Con la brocha le tiré pintura que le dio en la cara.

—¡AMELIA! —exclamó él.

Nos miramos cómplices y empezamos a tirar pintura mientas reíamos.

—Okey me rindo, me rindo —empezó a gritar él.

Reí mirándolo y él se acercó para besarme y cargarme para llevarme hasta la cocina donde me sentó en la mesada de mármol. Puse mis brazos alrededor de su cuello y esta vez yo lo besé.

Sus labios fueron a mi cuello haciéndome sonreír cuando sentí su mano en mi panza. Dejó su cabeza apoyada en mi hombro, yo me apoyé en él.

—Me haces tan feliz, que hayas seguido conmigo después de todo —me dijo.

—Y no te das una idea de lo feliz que estoy yo.

Me besó la mejilla con dulzura mientras acariciaba mi vientre.

—¿Niña o niño? —preguntó.

Reí levemente, lo tomé de las mejillas y lo acerqué a mí.

—Lo que sea está perfecta, mientras sea contigo —respondí y lo besé.

Nueve meses después nacieron Liam y Sophie, nuestros gemelos. Éramos felices.

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