CAPÍTULO 9 "RENDIDO"

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Se podían sentir celos por un amigo, una pareja, un novio e incluso por alguien que ni siquiera estaba contigo, pero sentir celos por alguien que además de no estar contigo, ya te había dejado claro que jamás lo estaría, era muchísimo peor. La agonía se volvía insoportable.

Solo una cosa pasaba por la mente de Gabriel. ¿Por qué ese tal Cristian había regresado? ¿Cuáles eran sus intenciones? Ni siquiera René, le había causado tanto desasosiego. La razón era sencilla... Los ojos de Carlos se veían diferentes. El genuino cariño en aquel abrazo, lo decía todo. Y Gabriel sentía que algo inevitablemente se oprimía en su pecho de forma dolorosa.

Las palabras de Santiago seguían haciendo eco en su mente. Lo habían dejado helado. Congelado por completo, como sin voz. No sabía qué decir, porque no tenía nada que decir. A fin de cuentas, Carlos podía estar con quien le diera la gana.

Aún seguía pareciéndole muy ajena la expresión "novio" al referirse a un hombre, pero lo raro no era eso, lo raro era que, si debía imaginarse a alguien con Carlos, aun si esa era la cosa más descabellada que había pasado por su mente, no podía imaginarse a nadie más que no fuera él mismo.

Gabriel envidió a Cristian por un breve instante. Los envidió a ambos. Tan felices y tan libres, mostrándose cariñosos y tan cercanos enfrente de todos, sin sentir vergüenza. ¿Realmente había un motivo para sentir vergüenza? Intentando imaginar ser él en lugar de ese Cristian, sintió miedo. Quizá él no iba a ser capaz de exponerse de esa manera, dejar que todo mundo lo viera queriendo a otro hombre... ¿Queriendo? La sola palabra resonó en su mente y lo hizo sentir escalofríos. Imaginar las miradas, las críticas, el rechazo, hacía que sintiera que la decisión de alejarse de Carlos de una vez por todas, había sido lo mejor. Incluso cuando Santiago lo llamaba cobarde por hacerlo.

—Tengo que irme. —Gabriel tomó de nuevo su mochila de la mesa. Volvió a sentir ese leve tirón que lo hizo voltear hacia Santiago. Lo estaba mirando de una forma cálida y comprensiva—. Por favor, Santiago. No quiero estar aquí. —La voz de Gabriel salió apenas. Bajita y suplicante. Incluso si nadie se estaba enterado de lo que sucedía, más que Santiago y él mismo, se sentía completamente expuesto.

¿Desde cuándo se había convertido en una persona tan insegura?

—Yo insisto en que tienes que hablar con él. —Santiago soltó lentamente la mochila. Miró a Gabriel de forma amable pero firme. Deseaba poder convencerlo. Ni siquiera él mismo sabía por qué se aferraba tanto a la idea de que ellos dos debían estar juntos, pero así lo sentía. Quizá era algo a lo que algunos llaman corazonada—. Solo dile lo que sientes.

Gabriel le dio una leve sonrisa. Agradecía todo lo que, hasta el momento, había hecho por él. Después de todo, Santiago conocía a Carlos prácticamente desde siempre y a él, tenía pocas semanas de haberle hablado por primera vez. Aun así, se había comportado como un verdadero amigo y el hecho de que era la única persona que sabía lo que él sentía, al menos de forma indirecta, ya que abiertamente nunca se lo había dicho, lo hacía sentir más cercano y aún más agradecido de contar con su amistad.

Santiago dejó que se fuera, porque no tenía caso obligarlo a estar en un lugar en el que se sentía tan incómodo. Al verlo irse, fue justo cuando se dio cuenta de que Carlos y Cristian permanecían conversando todavía, a un lado de la salida. Gabriel no iba a poder evitar toparse con ellos prácticamente de frente, al momento de salir.

Esperaba no tener que intervenir en ninguna pelea más.

✬✬✬✬✬

Carlos intentaba conversar de forma tranquila con el que hubiese sido su novio hacía ya un par de años. Las cosas habían terminado de forma cordial entre ellos y estaba realmente feliz de verlo de nuevo, después de tanto tiempo. Sin embargo, no podía poner atención a lo que decía, por más que lo intentaba. El hecho de saber que Gabriel se encontraba tan solo a unos cuantos metros de distancia, lo hacía sentir con el corazón acelerado y la mente inquieta. Se odiaba a sí mismo por no poder disimular un poquito mejor.

MACHOS ALFAWhere stories live. Discover now