Soy parte de tu destino.

Capítulo Catorce: Fase dos.

“Y sus sentimientos fueron tan grandes como para condenarlo, pero su amor tan fuerte como para remediarlo”

Estaba completamente hecho una furia, sabía perfectamente quien estaba detrás de todo esto, era estúpido no entenderlo a la primera.

Aiter y yo logramos salir ilesos, claro con la ayuda de Dela, sin embargo mi amigo no tenia ni idea de su presencia.

—Esto es una verdadera mierda Eidrian, ese tipo nos tendio una trampa el cabron quería matarnos.

—A ti no— su vista difiere en mis ojos, la conducción golpea cada fibra de sus facciones.

  —El objetivo era yo— regreso la mirada hacia la carretera, sacó mi celular del bolsillo izquierdo de mi pantalón. —Déjame frente a mi casa y no comentes nada, yo me encargaré de esto.

Nadie dice alguna palabra en el camino, él sabe que sería un error emetir alguna palabra o reproche, sólo quiero consentrate y entender como carajos ese tal Deylan tenía relación con Pantom, sé que fue él quién quizo matarme, sin embargo no consiguió más que enfuereserme. Nadie se mete conmigo y menos con mis amigos.

A lo largo de unos minutos por fin llegamos a mi hogar, bajo de la camioneta despidiendome con un gesto de Aiter.

—Hall, recuerda que no estás solo— Me doy la vuelta y regreso el par de pasos de su distancia.

—Lo sé, pero yo trabajo solo Aiter, que te quede claro.

Retomo mi camino ignorando todo a mi paso, entro al jardín delantero de mi casa y abro la puerta. Trato de buscar a Dela pero no logro verla y mucho menos sentirla.
Me siento algo incómodo al no saber dónde está.
Me quito mi chaqueta y lavo mi rostro, la suciedad y restos de la explosión se fueron gracias al agua tibia.

Me doy la vuelta y por un momento quedo cegado por una extraña luz incandescente.

Parpadeo un par de veces e inmediatamente recobro el sentido de visión.
Cualquier palabra o grito se ahoga en mi garganta al no saber como describir lo que está frente a mí.

Un hombre alto y con el torso desnudo carga a Dela en sus brazos, tiene dos alas enormes detrás de él, trato de procesar lo más rápido que puedo pero no logro articular alguna letra o movimiento en mi sistema.

—¿Eres Eidrian Hall?— pregunta, su voz es gruesa más que la mía.

Me maldigo a mi mismo por no poder responder.
Esto no puede estar pasándome, primero esa chica y ahora esté tipo de cabellos grises, debe ser un sueño.

—Te hice una pregunta—
Un extraño escalofrío me recorre de pies a cabeza, mi piel se ha erizado.

—Sí.

Recobro la postura mostrándome serio.
El desconocido camina hacia mi cama y deposita a la chica en ella con sumo cuidado, ahí es cuando todo se conecta en mi mente.
Luce bastante mal, sus labios están morados y prácticamente si no estuviese muerta diría que lo aparenta en estos momentos.