HISTORIA TERMINADA.
Ella se suicidó, al entrar al cielo le dicen que su tarea será ser un ángel guardián. Sin embargo no puede creer a quien deberá proteger de día y de noche.
Eidrian Hall, es el chico más peligroso e imponente del instituto, el cli...
"Empezar de nuevo nunca fue tan complicado, pero lo que me esperaba, era realmente lo difícil"
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Ha pasado una semana desde la batalla entre Ángeles y Demonios. Todo esté tiempo no le he dejado de preguntar a Deira por Eidrian, según ella está bien pero, a veces lo espió, se emborracha muy seguido, noquea a todos sus contrincantes dejándolos en el hospital, proclamándose una bestia. Su tutor no sabe porque ese cambio, para él todo fue un horrible sueño del que le costó al pelinegro convencerlo.
Ahora ayudó a Melissa en ausuntos astrales, pero no soy la misma, no volví a volar desde entonces, mis alas han perdido su brillo al igual que mis ojos, Owen está preocupado, dice que inclusive para nosotros, la tristeza puede destruirnos, pero ya me siento destruida.
—Dela no puedes seguir así, ni siquiera tus alas brillan ya— tristemente le devolví una sonrisa a Mel.
—Acompáñame, iremos a ver el trabajo de Becky para supervisarlo—. Asentí sin ganas y acompañé a Melissa, está abrió sus alas con la intención de volar pero lo dejó cuando recordó que yo no podía hacerlo.
Caminamos hasta el otro lado del centro de Ángeles, la mayoría se veía feliz, una palabra que para mí dejó de existir.
—Hola Dela—. La chica de cabellos rizados me recibe con los brazos abiertos, pero no correspondo al abrazo, los actos afectivos solo me deprimen más.
—Bien ¿que hemos aquí Becky?— Le pregunta mi compañera.
—Chica de 16 años, de nombre Polet Treiden, con falla cardíaca al parecer su corazón se detuvo veremos si logra salvarse o será una nueva Ángel—. Me incliné en el mostrador, para poder ver la escena con mayor atención, en la pantalla se mostraba a una niña de cabellos cortos y dorados, un hombre algo mayor, con una leve barba y cabello negro azabache, gritaba que se quedara con él.
Los paramédicos empezaron a reanimarla pero no respondía. No quería mirar esto así que me di la vuelta, una lágrima corrió por mi mejilla.
—¡Está volviendo!—. Esas palabras fueron suficientes para prestar atención de nuevo, sus pulmones se llenaron de aire y su corazón regresó a la tarea de bombear sangre, desde aquí pude notar como su pequeña mano apretaba la de aquel hombre que sonreía.
Respiré profundo y también sonreí.
—Bien al parecer no tendremos a una compañera tan bella como ella, su tiempo no a llegado.
[...]
Caminaba por los jardines del Edén cuando alguien me dió la vuelta.
—¿Kaira?, ¿qué haces aquí?— pregunté confundida, por la aparición de la imponente Arcángel.
—Digamos que un pajarito me dijo algunas cosas, y juntos hablamos con nuestro creador.
Furncí el ceño, Owen caminaba con cautela hasta quedar junto con el Ángel.