Capítulo Treinta: Sálvame.

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"El tiempo puede ser tú peor enemigo en los peores momentos"

Demasiadas cosas eran las que pasaban a mi alrededor, pero ninguna de ellas era digna de mi atención

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Demasiadas cosas eran las que pasaban a mi alrededor, pero ninguna de ellas era digna de mi atención.
No me arrepentía en lo absoluto de las palabras que usé con Dela, ella sentía lo mismo que yo, y era aquí cuando intentaba razonar, ¿de verdad estaba haciendo esto?, Me había doblegado ante lo que por mucho fue una mentira para mí, el amor, no sabía con exactitud si realmente podría llegar a querer a alguien, y si ese alguien no estuviera vivo lo complicaba aún más.
¿Cómo podremos sobrellevar esto? ¿De qué manera?

-¿Estás bien Eidrian?- Aiter se acercó hasta donde me encontraba por lo que podía ver las chicas habían entrado a un centro comercial.

-Lo estoy Aiter- suspiré y me encaminé hacía donde ellas habían idom

-¿De verdad la quieres ?

- Dela Macrow por mucho fue invisible para mí, pero ahora la miraba como la joya más hermosa y valiosa de todas- . Ni siquiera yo creía que había dicho eso.

-Entonces haz todo lo necesario para que esto perdure, yo por mi parte he tenido buena comunicación con Berlín-. Fruncí el ceño y me crucé de brazos.

- Así que la ángel de fleco ¿te gusta?- Empecé a reír y a jugar con él, ninguno de ambos tuvo alguna vez una relación estable, éramos conocidos como los quedantes del instituto, salimos con varias chicas pero ningúna de ellas nos interesó más que para pasar la noche.

- No seas imbécil, iré a espiar a las chicas en los vestidores- Me giño un ojo y salió corriendo, no entendí a la primera hasta que reaccioné.

Dela iba a comprar un vestido.

-Mierda- salí corriendo tras de él y podía escuchar sus carcajadas más le vale que no se atreva a espiarla mientras se vista.

[...]

-No sé Berlín ¿crees que me veo bien?- Le preguntó Dela a su amiga. Y si, el que terminó espiandolas fui yo. Se miraba verdaderamente hermosa, lucia un vestido negro sencillo y con un buen escote.

-¿Cómo has llevado las cosas con tu custodio?-preguntó Berlín.

Ella suspiró y se sentó en un pequeño banco a un lado de su amiga.

- Lo quiero Berlín, y no sé si soy una maldita egoísta pero , no quiero irme de su lado.

- ¿Estás consciente del castigo que tendrás por enamorarte de tu custodio?- Un escalofrío me pasó por todo el cuerpo y al parecer no fui el único, a Dela también le afectó.

-Yo iré al infierno y él, él continuará con su vida, creo que vale la pena- bajó la mirada y no pude evitar apretar los puños por impotencia.

- ¿Sabes qué?, Olvidemos todo esto, hoy iremos a un buen restaurant nos divertiremos y la cuenta la pagará tu rico enamorado-. Las dos empezaron a reír y yo aguanté una pequeña carcajada. Ya sabía quién pagaría la cuenta.

Soy parte de tu destino.Where stories live. Discover now