CAPÍTULO 10

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—¿Qué te pasa?

—¿Crees qué ellos son sólo primos? ¿Qué sólo sienten eso uno por el otro?

—Sí, lo creo.

—¿Cómo puedes estar tan seguro? ¿Ella te dijo algo? ¿Fue Narel?

Observó a su amigo, y sintió asco por ese estúpido. ¿Cómo podía ser tan patético? Estaba tan preocupado por la relación que Camille podía tener con Orión, que se le notaba en los ojos lo afligido que estaba Onías.

—Ese tipo está enamorado de Narel, no de Camille. Ya cambia esa expresión de imbécil, me irritas —gruñó Dariem.

—¿Estás seguro? ¿Cómo lo sabes?

—Ella me lo dijo.

—¿Y a ti no te molesta?

—¿Por qué debería de molestarme?

—Es que tú y ella siempre están juntos, y creí que tal vez-

—No —lo interrumpió—. Sólo estamos juntos porque Luna quiere estar cerca de ella, simplemente eso.

—Jamás pudiste olvidar a Venus ¿verdad?

—No —Reconoció en un tono bajo, observando a Luna dormir en su cama.

—Tal vez es momento de dejar su recuerdo atrás. Narel es una mujer muy bonita.

—A mi no me gustan las humanas como a ti, Onías. No confundas las cosas, si nosotros sólo nos vemos más seguido, es por Luna.

—¿No sientes nada por ella? Después de tantos meses de conocerse, de que ella te salvara la vida ¿Nada?

—No, nada.

***

Estaba acostada en su cama, leyendo unas noticias desde su celular, cuando escuchó que alguien tocaba el timbre de su casa, y ella realmente no tenía ganas de levantarse a abrirle a nadie.

Se colocó los auriculares, y puso música, ignorando el timbre. Fue entonces cuando le llegó un mensaje de Orión, avisándole que estaba en la puerta de su casa.

"No estoy en casa, lo siento" tecleó enviándole el mensaje.

"Oh, dime donde estás, e iré contigo :)"

—Que tipo sofocante —siseó molesta, leyendo el mensaje.

—¿Por qué simplemente no lo mandas a la mierda?

—¡Demonios! —chilló asustada, casi cayendo de la cama, al escuchar aquella voz gruesa provenir de la ventana de su habitación, que daba al balcón.

—Eres bastante mentirosa, Evans —pronunció acercándose a la cama.

—¿Por qué demonios entraste por la ventana?

—Porque si hubiera golpeado la puerta, de seguro me hubieras ignorado como a ese rubio ¿verdad?

—Habla bajo, de seguro aún está del otro lado —murmuró con el ceño fruncido.

—¿Y qué si te escucha?

—Que sabrá que... Le mentí, y que estoy con alguien más aquí.

—Si fuera tú, preferiría que escuchara que estoy con un tipo en mi casa.

—¿Por qué querría eso? —le inquirió con el ceño fruncido.

—Primero, porque serviría para que dejara de molestarte. Segundo, sabría que alguien más te satisface por las noches, y no es precisamente el trozo de goma que guardas en tu mesa.

DariemWhere stories live. Discover now