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Seokjin brillaba sobre el escenario, siempre lo hacía. Tenía un don para atraer todas las miradas incluso por la calle, y eso lo hacía un gran anfitrión. Sus movimientos sobre el escenario sumamente perfectos, y sus gestos llenos de pasión. El centro del estadio rebosaba divinidad en un solo hombre. 

      Yoongi observaba por el espacio de acceso al backstage, donde podía ver el ángulo de las cámaras y al cantante físicamente desde atrás, después de pasar por vestuario y maquillaje. 

      Observó atentamente el escenario y divisó el piano de cola sobre la superficie, decorado con algunas flores y cintas de colores pastel. Se preguntó entonces si Seokjin de verdad se sentaría junto a él ese día. 

      Había sido un día bastante ajetreado, el día del comeback. Uno de los MVs fue publicado en YouTube, tal como estaba previsto, y el álbum en Spotify y soundcloud: ya estaba oficialmente publicado. 

      Pasaron la mañana en el estadio preparados para la hora punta, para salir con el estadio lleno, después de ver la inmensa cola de campistas en la entrada aquella mañana. 

      Awake acabó, y era su momento de salir. 

      Se levantó tranquilo, más tranquilo de lo que él mismo se hubiera imaginado, y se dirigió al escenario con decisión. Una vez que la luz de los focos los golpeó, captó a lo lejos los gritos de las fans por su presencia. El hecho lo descolocó un momento. Sabía que el dato de que él saldría al escenario había sido publicado en los papeles informáticos sobre el concierto, apareciendo como el compositor del arreglo a piano, pero aquello fue totalmente inesperado. 

      Sin embargo, le gustó. 

      Nunca había pensado en que algo como aquello fuese su guía y su razón para querer hacer lo que hacía, pero la motivación tan grande que daba era muy satisfactorio. 

      Caminó entonces, prudentemente, en la oscuridad relativa de la noche bajo los focos calientes hasta el piano. 

      Se sentó en la butaca y apartó un auricular de su oreja derecha, lado, en el que sin dudarlo, Seokjin se juntó a él en el asiento, con una sonrisa. 

      —¿Bien?—El cantante susurró, asegurándose de estar lo suficientemente lejos del micrófono sobre el piano para no ser captado por el sistema de sonido.

      Yoongo asintió, seguro de todo lo que había hecho, todo lo que estaba haciendo, y todo lo que haría en los próximos tres minutos y cincuenta y ocho segundos.

La música comenzó,  y sabiendo su momento de entrada, a los pocos segundos, pulsó las teclas del instrumento decorado para la ocasión con destreza. Sus extremidades se deslizaban a lo ancho del teclado, disfrutando del momento: los gritos de las fans, el tacto de las teclas bajo sus dedos, la satisfacción de la melodía que tocaba, el hecho de estar tocando en un escenario de aquella magnitud y, lo que más le gustaba, lo que sin duda quería recordar, era la voz de Seokjin armonizada con la dulce melodía, porque después de ver la destreza con la que el mayor desempeñaba su trabajo, no había duda de que aquel lugar donde el pelirrosa deslumbraba era el escenario; hecho casi para él.

      Captó cada nota con su oído izquierdo, concentrado en la voz del mayor; quien al entrar al estribillo se levantó de la butaca, sorprendiendo al menor por un momento, que sintió una pequeña soledad en su burbuja alrededor del piano, pero relajándose al notar que Seokjin no pretendía salir de ella.

Star °°Yoonjin°°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora