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Seokjin se encogió, aún avergonzado. 

      La lluvia no tenía pinta de cesar pronto, y los truenos y relámpagos no tardaron en aparecer.

      —Podemos llegar a mi casa.— Pensó en voz alta con el corazón a cien, preguntándose si alguna vez podría hablarle al menor sin temer a los prejuicios que este podía desarrollar en la idea de su persona.

      —¿Hm?— Yoongi preguntó, sin embargo, absorto en sus pensamientos sobre la situación comprometida en la que se encontraba.

      —Digo, que mi casa solo está a tres kilómetros. — Trastabilleó un momento.— Quiero decir, a menos que tengas otro plan para volver mañana sin una neumonía.

      Yoongi se giró, observando el rostro de Seokjin pegado la pared en un intento de esconderse, y sin voluntad para mirarle. 

      Se sorprendió un momento de lo que le parecía miedo en las acciones del pelirrosa. Su corazón comenzó a latir demasiado rápido, sin saber si el miedo del mayor estaba relacionado con él, con algo como que su opinión de verdad le importase, o si solo lo hacía por inseguridad.

      Pensó que la segunda opción era inviable, ya que Seokjin era sin duda la persona más consciente de todas y cada una de sus cualidades que jamás hubiese conocido. Recordó entonces la extraña actitud que el cantante había adoptado durante el día, y eso por alguna razón lo entristeció.

      Porque mi opinión nunca podría importar, y mucho menos a él.

      —Hyung, ¿Le ocurre algo?—Se atrevió a preguntar, viendo la mirada del mayor alzarse y fingir indiferencia.

      —No. Estoy bien. ¿Por qué?

      Yoongi no contestó, dejando que el peso de sus ojos recayera en Seokjin. 

      El más alto se removió en su sitio, algo intimidado.

      —Solo que...—  El cantante cedió, apartando la mirada de los orbes oscuros del menor.— No ha sido un bien día.

      —Hay más días.

      —Lo sé.

      —¿Tendría que haber sido hoy un buen día?— El azabache frunció el ceño.

      —Me habría gustado, sí.— El mayor soltó con un suspiro.

      —¿Ocurrió algo hoy que yo deba saber?

      —Nadie te dijo, ¿Cierto? Tampoco Esperaba que lo hicieran. Ni a ningún becario. — Añadió lo último con rapidez, como improvisando.

    Yoongi se movió ante la mención del rango en la que se mueven, aunque intentó ignorarlo.

      —Hyung...

      —Y supongo que no tienes que saberlo.— Alzó la mirada un momento para luego volver a bajarla. —Es mi cumpleaños.— Murmuró, aún más bajo que antes, haciéndole parecer avergonzado de querer que ese día hubiese salido mejor.

      El pelirrosa observó atento a sus movimientos, intentando evitar los orbes del menor. Seokjin acabó cediendo a la curiosidad impulsada por la tensión del silencio que se movía entre los dos cuerpos y observó directamente aquellos ojos oscuros. 

      Yoongi apartó la mirada, sintiendo su corazón volcarse de nuevo ante la mirada indefensa.

      —Hyung.— Habló mirando de nuevo a través de la puerta. Seokjin no necesitó hacer nada para volcar toda su atención en el menor.— Feliz cumpleaños

Star °°Yoonjin°°Where stories live. Discover now