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Yoongi oyó unos pasos débiles bajando la escalera mientras intentaba distraerse mirando a un punto inexacto en el techo para poder dormir. Miró el reloj en la pared. Las cuatro de la mañana. 

      Se giró sobre el sofá agarrando la manta con fuerza, aún con su piel de gallina por el frío. Divisó una sombra entrando a la cocina, y decidió levantarse a la par. 

      Encogió los hombros por el frío y cruzó los brazos intentando darse calor. Al llegar al umbral la ancha espalda fácilmente reconocible se movía con pereza de un lado a otro del mostrador. 

    —¿Estás bien, Hyung? —Yoongi habló sabiendo que el mayor aún no había reparado en su presencia. 

      Seokjin se sobresaltó, girando rápidamente, algo asustado aún. 

      —Min, joder, me has asustado. —Escupió con la mano en el pecho y una mirada que parecía molesta. Llevó su mano a su cara luego. 

      Volvía a llevar aquellas gafas. Yoongi sonrió. 

      —Lo siento. ¿Qué haces despierto? Hoy no tienes que levantarme temprano, puedes quedarte aquí el tiempo que quieras. —El pelirrosa insistió, esquivando la pregunta a propósito mientras volvía a moverse de la encimera a la isla de mármol para preparar un té. 

      —No has contestado a mi pregunta. 

      —¿Hm? 

      —He preguntado si estás bien, Hyung. Son las cuatro de la mañana.— El azabache insistió, algo preocupado. 

      —Sólo es un mal sueño, estoy bien.— Mintió intentando no mirar al menor a los ojos. —¿Tú qué haces despierto?

      —La tormenta no me deja dormir. —Seokjin miró tras Yoongi, hacia la sombra del salón, donde los relámpagos y rayos se veían desde el gran ventanal mientras las gotas chocaban con violencia contra el vidrio y suspiró.

      —Podrías habérmelo dicho. 

      —¿Y qué ibas a hacer? ¿Es que tienes más habitaciones secretas arriba o algo así? 

Seokjin rió, bajando la mirada. 

      —No, Jungkook se lleva la llave de su habitación. 

      —¿Jungkook tiene una habitación? ¿Él no duerme en la academia? 

      —Antes estaba obligado, pero ahora ya acabó el entrenamiento y va a debutar así que probablemente se mude aquí. Igualmente él usa su habitación cuando viene a visitarme los fines de semana. —Yoongi escuchó atento, dándose cuenta de lo poco que sabía del cantante. —De todos modos... No hablaba de eso. Mi... Cama es grande. —Pronunció con miedo, de nuevo. Rápidamente se había acostumbrado a hablar con miedo, y se preguntó por qué. 

      —Hyung... —Los ojos de Yoongi pesaron en su aura, casi como un cuchillo clavado en su costado. 

      Oh, por eso. 

      —No tienes que mirarme así, Min. Solo intento ayudar. —El cantante gruñó, agarrando su taza de té por fin lista para comenzar a subir la escalera. 

      Yoongi intentó recomponerse, totalmente perdido en la situación general que se movía su alrededor. Se encontraba en casa de Seokjin, averiguando que en realidad no sabía nada sobre él o su familia, y que tiene pesadillas que lo despiertan de madrugada revolucionando sus pensamientos. Debo tener cuidado, pensó. Si ya debía tenerlo antes, teniendo en cuenta la personalidad del pelirrosa, entonces aún más, pues esa vez el mayor no tendría suficiente paciencia como para soportar sus berrinches de rechazo a su generosidad. 

Star °°Yoonjin°°حيث تعيش القصص. اكتشف الآن