°° 25 °°

1.2K 156 28
                                    

—¡Hyung! 

      —¡Tengo frío, Jungkookie! —Taehyung hizo una muñeca mientras encogía los hombros, intentando darse calor por encima de su chaqueta. 

      —Te compraré algo de beber cuando lleguemos. 

      —Pero no me has dicho donde vamos, simplemente apareciste sin más. No puedes hacer eso, Jungkookie. 

      —Pero es viernes, no pasará nada por salir antes. Has estado trabajando toda la semana. Vamos, deprisa. —Jungkook tomó la mano de Taehyung, un poco más grande y lo arrastró por la zona peatonal. 

      Por alguna razón que Taehyung no entendía, la mayoría de transeúntes caminaban en su misma dirección hacia un destino desconocido. Taehyung no recordaba que hubiese nada importante en aquel lado de la ciudad. ¿Un parque de atracciones? ¿Un circo? ¿Un teatro o cine al aire libre? No, él lo sabría. 

      Cuando llegaron a la plaza ambos localizaron todo el gentío que habían visto por el camino en diferentes puestos artesanales alrededor de la plaza que además se extendían por algunas calles paralelas. 

      Los puestos eran literalmente mesas con distintos productos unidos a unas columnas móviles que proporcionaban soporte a la tela o toldo que les servía como protección para el sol y la lluvia. Detrás de las mesas, personas de todas las edades y etnias, exponían sus obras a los atentos observadores con casuales sonrisas. 

      —Es un mercadillo. 

      Taehyung revisó los puestos más cercanos. La mayoría eran puestos de antigüedades u objetos artesanales. Sus ojos se fijaron en diez cosas a la vez y quiso dar la vuelta al lugar todas las veces que pudiera antes de que todos se fueran.

      —Sí, lo es. Pero tu tienes frio así que vamos a comprarte algo. —Dijo Jungkook fingiendo desinterés. 

      Rápidamente el castaño agarró el brazo del menor y lo miró suplicante. 

      —¡No, espera! Quiero decir... Puedo aguantar un poco más. 

      Jungkook sonrió y se dirigió a los primeros puestos tomando al mayor de la mano. 

      El primer stan era de una familia de artesanos, trabajadores de madera que hacían figuras decorativas y personalizadas. Junto a ellos una pareja casada les explicó cómo hacían arte en los platos de porcelana, a lo que Taehyung escuchó con mucho interés. 

      El castaño divisó un puesto repleto de verde a pocos metros, y con insistencia tiró de la mano de Jungkook hasta llegar allí. Observó las plantas florecidas con ilusión hasta localizar una extraña caja de plástico transparente que faltaba de la parte delantera y trasera, las que miraban hacia el público paseando por la plaza entre los puestos y a los dueños del puesto. Dentro, unas cinco varillas metálicas pasaban de un lado del plástico a otro y de ellas colocaban verdes capullos. Unos nueve. Había dos ennegrecidos y secos ya vacíos y abandonados, otros verdes como las hojas frescas aún llenos, y en otros dos, una mariposa paciente movía sus alas, estirándolas sin prisa. 

      Taehyung se acercó con miedo de que el dulce insecto escapara y se agachó frente a ellos. 

      Una anciana lo siguió con la mirada y una sonrisa, decidiendo acercarse al joven curioso. 

      —¿Quieres sujetarla, cielo? 

      El castaño miró a la anciana confuso. 

      —¿Sujetarla? 

      —Esta mariposa acaba de nacer. Sólo conoce a las personas. Está acostumbrada. Si pones tu dedo cerca se subirá con naturalidad. Echará a volar cuando esté preparada, no le harás daño. 

Star °°Yoonjin°°Kde žijí příběhy. Začni objevovat