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Treinta segundos mirando directamente a Jungkook a los ojos mientras el menor le devolvía la mirada parecieron horas. La apuñalada que mandaban los ojos del joven, se clavaba en el alma de Yoongi haciéndolo retroceder obligatoriamente.

      Tomó un sorbo de su café que el menor no dudó en dejar claro su malestar por traérselo aún cuando se lo pagó mientras el menor  le hacía saber que sólo lo había hecho por petición de su hermano mayor.

      —Oye, Jungkookie... ¿Eso no será mi regalo de cumpleaños? —Seokjin preguntó interesado, clavando sus ojos a través de las gafas a la bolsa que el chico había traído consigo.

      —Lo es, pero no puedes abrirlo aún. — Jungkook sentenció, mirando aún hacia Yoongi.

      —¿Qué? ¿Por qué no? Mi cumpleaños fue ayer.

      El joven no respondió, concentrando todo su odio para que saliese por sus ojos hasta el becario aún aunque este fuese mayor que él.

      Seokjin turnó la mirada confusa entre ambos, viendo a Yoongi luchar contra la voluntad de responder.

      El azabache ladeó la cabeza, empezando a molestarse por esa mirada inquisitiva a punto de soltar cualquier cosa contra el adolescente.

      —Am... Yoongi, ¿podrías ir al salón a...? —Seokjin intentó improvisar, pero el otro se adelantó.

      —Será un placer.— Min se alejó a zancadas rápidas de la sala, volviendo al cómodo sofá con los hombros encogidos y las manos acunando su vaso de café caliente, intentando huir del frío a la vez que de Jungkook.

      Su normal respuesta al ver que un crío de 17 años le mirase así sería enfrentarle, pero no solo era tan artista de Big Hit como Seokjin, sino que además era el hermano pequeño del anterior, y lo último que podía hacer era arruinar esa oportunidad de prácticas en aquella empresa.

      La única opción que le quedaba era retirarse con su orgullo intacto. Si se enfrentaba al chico podía perder su maldita beca, y por ello intentó recordarse que gracias a su suerte no tendría que verlo muy a menudo, al contrario que Namjoon.

—¿Qué pasa contigo?— Seokjin se interpuso en el campo de visión directo del menor, enfrentando al azabache.

      —No me cabe bien.

      —Ni siquiera le conoces.

      —¿Y tú sí?— Jungkook se burló, contraatacando, a lo que el mayor dudó.

      —Lo conozco más que tú, sí.

      Jungkook hizo una mueca, con un pequeño atisbo de risa burlona para rodear a su hermano y colocar sus cosas sobre la isla de la cocina.

      —De todos modos, esa no es la razón principal. Aunque estoy seguro de que no me caería bien de todos modos.— Aseguró, mirando a Seokjin con simpatía.

      —¿Entonces?

      —Soy tu hermano, es mi deber.— El azabache subió a la encimera, jugando con su teléfono entre sus dedos. Movió los hombros colocándose correctamente la cazadora de cuero.

Star °°Yoonjin°°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora