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Un dedo se deslizó suavemente por su piel, bordeando su rostro y masajeando su mejilla. El dedo se movió hasta tocar la cara de Yoongi con el dorso y continuó acariciando su mejilla. 

      Una sonrisa alumbró el rostro dormido de Yoongi y las caricias se detuvieron antes de que una mano acunara su pelo en el lado opuesto y comenzara a masajear su cabeza. 

      —Buenos días. — La voz suave de Seokjin se deslizó por sus oídos hasta su cerebro. 

      —Buenos días. — Contestó abriendo los ojos. El rostro sonriente del pelirrosa estaba pegado al suyo con una sonrisa tonta. Aún estaba algo dormido. Sus mejillas tenían un rubor suave y sus ojos no estaban abiertos del todo. —Te quedaste. 

      Seokjin rió suavemente y se acurrucó junto a Yoongi. 

      —Que no tuviéramos sexo no significa que me arrepienta de besarte. 

      Yoongi rió y se escondió en el cuello de Seokjin. 

      —¿Sabes? De eso quería hablar anoche. 

      —¿Hm? 

      —El beso. En la tienda de música. No quería que actuásemos como si nunca hubiera pasado. 

      El mayor tomó a Yoongi por la nuca y suavemente lo separó para poder mirarle a los ojos. 

      —No, yo tampoco. — Añadió sonriente. 

      El azabache alargó su mano bajo la manta y tomó la cintura de Seokjin antes de acercarlo y juntar sus labios. El cantante mantuvo sus dedos entre las hebras negras de Yoongi y lo presionó contra él.

      —Oye. — El menor murmuró contra los labios del contrario. 

      —¿Hm? 

      —¿Recuerdas ayer cuando dije que me iría por la noche? 

      —Mhm. 

      —Ya, estaba pensando que a lo mejor me quedo un poco más. —Yoongi añadió con una risa inocente. 

      Seokjin soltó una carcajada y unió sus frentes. 

      —¿De verdad? Mm, bueno, tendrás que hablar con el dueño de la casa. 

      —¿Es así? ¿Y me costará mucho convencerle? 

      —Mm... Eso depende de lo bien que le caigas. Y de las ganas que tengas de quedarte, claro. 

      Fue el turno de Yoongi para soltar una carcajada y antes de contestar aprovechó para plantar un beso en el borde del labio de Seokjin. 

      —No sé mucho de cómo le caigo pero respecto a las ganas... ¿Qué tal mucho? 

      —¿Sólo mucho? 

      —Bueno, no creo que pueda expresarlo en palabras pero creo que mucho se le acerca lo suficiente. 

      Seokjin rió y acunó la mejilla del azabache antes de comenzar a acariciarla con el pulgar. 

Star °°Yoonjin°°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora