Paulo
28 de octubre de 2018
Pasaron un par de días desde que había visto a Roma por última vez y desde que me había contado lo de Pavón.
Había recibido un par de mensajes de Cristina la abuela de ella diciéndome que me pasará el fin de semana por su casa ya que había partido.
Me terminé de bañar y bajé a la cocina donde se encontraba mi mamá preparando unos ñoquis caseros, raro en ella.
—No digas nada—habló haciéndome reír, como me conocía—¿A la noche vas a lo de Óscar?
—Sí, me invitaron a cenar—respondí mientras abría la nevera y sacaba la jarra de agua.
—¿Y tu novia? ¿Roma era no?—preguntó aún haciendo los ñoquis, la miré.
—Sí, es la nieta de ellos—dije antes de tomar un poco de agua, rápidamente me miró con una ceja alzada haciéndome reír y que me atragante—¿Qué?
—Si es nieta de ellos ya me cae bien—acotó mi mamá haciendome abrir los ojos de par en par—Son gente muy humilde y no dudo que ella también lo sea.
No contesté nada al respecto, simplemente la miré, ella se volvió a dar la vuelta para seguir haciéndole la forma a los ñoquis.
Fui al living a jugar a la play para matar el tiempo en lo que mi mamá hacia aquella pasta.
Tiempo después mi mamá me llamo desde la cocina avisándome que ya estaba lista la comida, ñoquis con tuco.
La comida fue bastante silenciosa ya que había hambre y tenía que aprovechar porque no todos los días hacia mi mamá ñoquis caseros.
Me comí dos grandes platos sumándole un postre como siempre, ya era rutina.
—Pará de comer, sos un lechón—rió mi mamá, la miré con los ojos entrecerrados.
—Ya estás igual que Roma diciéndome gordo—me quejé haciendola reír.
—Ya la amo—sonrió—Un día traela a comer así la conozco más.
—A la noche le pregunto—respondí y dejé la cuchara en la pileta.
Volví al living nuevamente para jugar unas partidas más al FIFA ya que todavía quedaban unas horas para la cena en la casa de los abuelos de Roma.
Cuando llegó la hora, junté todas las cosas y fui a mi pieza para cambiarme. Agarré un jean y una remera blanca a juego con las zapatillas.
Me arregle un poco más y cuando estuve listo, bajé nuevamente y agarré las llaves del auto para dirigirme a la casa de los abuelos de Roma.
La casa de ellos no me quedaba tan lejos teniendo en cuenta que fui rápido ya que tenía muchas ganas de ver a Roma.
Bajé con dos bolsas donde traía algunas gaseosas y el postre ya que quería tener una buena impresión delante de Cristina y Óscar.
Les iba a decir que andaba de novio con su nieta, más que nada por joder a Roma como siempre.
Toqué el timbre como pude ya que las bolsas pesaban un montón y esperé.
—¿Que haces vos acá?—preguntó Roma con un vestido rojo al cuerpo.
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Después de 84 años actualizo acá🤦🏻♀️
