CAPITULO 56

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- Alice continua trabajando duro y en menos de lo que pensábamos estarás caminando -
Escuchar las palabras de terapeuta me alientan mucho, estoy contando los días para volver a caminar. Carlos a mi lado tiene una sonrisa de oreja a oreja. Es tan gratificante que Carlos este conmigo en estos momentos tan importantes y cruciales de mi vida.
Salimos de la clínica y me encuentro tan feliz que puedo explotar de la felicidad. En el camino de regreso al hospital Carlos me pregunta si me gustaría ir a almorzar con Harry y Sam, pero no sé qué contestar. Me da vergüenza que me conozcan en este estado, no quiero que me vean con lástima, o que me pregunten sobre Nathan.
- No creo que sea buena idea- lo miro de perfil y noto un poco de decepción en él. – si quieres puedes llevar a Pey- suleto con la esperanza de que cambie ese rostro.
- Eso sería genial- acepta sonriendo
Carlos después de dejarme en mi habitación y de volverme a preguntar si deseo ir, a lo cual me negué educadamente se fue dejándome sola en la habitación.
Las enfermeras entran con mi almuerzo y conversamos de tantos temas triviales hasta que el sueño se apodera mí y mis ojos empiezan a cerrarse.
- Despierta dormilona- me mueven delicadamente.
Abro lentamente mis ojos y observo a Jason con su peculiar sonrisa. Me despierto bien y una idea malévola llega a mi mente.
- Jason me duele la cabeza - suelto haciéndome la enferma y Jason se acerca rápidamente a mí.
Coloca su termómetro en mi axila mientras comienza a analizarme con su fonendoscopio y sin darse cuenta coloca su mano un poco cerca de la mía. Con mucha concentración y esfuerzo vuelvo a mover mis dedos hasta lograr tocar los suyos y los muevo tanto como cuando quieres hacer cosquillas a alguien.
- Santo dios - chilla y se aleja rápidamente de mí, mientras yo rio escandalosamente – Alice…. – pronuncia viéndome como si fuera un alíen.
No pasa ni dos segundos y ya lo tengo abrazándome mientras me felicita con mucha conmoción en su voz. Aunque no puedo sentir su abrazo, me da mucha emoción saber que se alegra por mí.
- Mami…. – escucho la voz de Pey y Jason se separa de mí dejándome un campo visual muy amplio, en el cual aparece un Carlos que nos mira extrañado mientras sostiene la mano de Pey.
- Hola chicos - saluda Jason y Pey corre a mi cama para depositar muchos besos en mi cara.
- Jason - escucho que dice Carlos con un tono que no logro reconocer y se dan un ligero apretón de manos. ¿Y ahora a estos que les pasa? Me pregunto mentalmente- ¿cómo sigue Alice?- pregunta sin darme ni una pequeña mirada.
- Le duele un poco la cabeza- indica Jason y gira en mi dirección - Pey podrías darme un poco de espacio para analizar a mamá- pide mirando a mi hija-
- Por cierto Jason no me duele nada- confieso riendo y me observa acusatorio
- Señorita mentirosa - añade riendo y se despide de todos para salir de la habitación.
Carlos se acerca al sillón y toma asiento en completo silencio. Pasan varios minutos en los cuales Pey no deja de hablar de lo divertido que fue ir a almorzar con Harry y su novia.
Carlos no pronuncia ni una sola palabra y me pone nerviosa.
¿Estará enojado?
¿Estará cansado?
Escucho que suena su teléfono celular y disculpándose sale de la habitación. Pey me mira alegre y le susurro en el odio que se coloque detrás de la puerta para que cuando entre Carlos le tire un poco de agua. Pocos minutos después como era de esperarse Carlos entra y Pey le tira el vaso de agua completo rompiendo el trato que teníamos de solo tirarle unas pequeñas gotas de agua.
Carlos observa a Pey juguetón y la comienza a perseguir mientras mi hija rie y corre alegre por toda la habitación. Desde la cama puedo observar como la camisa mojada de Carlos se apega a su fuerte pecho y un suspiro sale de mis labios.
- Fue idea de mi mami - grita Pey causando que Carlos deje de correr tras mi hija y me mire achinando sus ojos provocando que el almuerzo se revuelva en mi estómago.
- Con que fue tu idea - repite sonriendo jugueton y acercándose a mí a paso firme – crees que mamá fue mala niña- le pregunta a Pey y ella asiente.
A mi mente llegan recuerdos de cuando Nathan me decía algo parecido antes de golpearme y automáticamente lágrimas empiezan a salir.
- Pey llama a un doctor - escucho a lo lejos la preocupada voz de Carlos y pasos acelerados saliendo de la habitación.
- NENA MIRAME! ALICE - grita colocando sus cálidas manos en mis mejillas – ALICE RESPIRA- es lo último que escucho antes de ver todo negro.

Amigo Con Derecho a ¿MALTRATARME?Where stories live. Discover now