CAPÍTULO 97

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- ¿A donde crees que vas? - gruñe sujetando mi brazo impidiendo mi caminata hacia la habitación.
- A dormir ¿no es obvio? - indico obvia. Pero por dentro quiero abrazarlo. Quiero decirle que le amo mucho y que tenía planeado arreglar nuestras relación pero al verlo con Alison todo se fue al suelo. Quiero decirle que nunca quiero perderlo, que el y Pey son lo mejor que tengo en la vida.
Carlos suelta mi brazo resoplando con cansancio y frustración.
Abre su boca como queriendo decirme algo pero se arrepiente. Camino con dirección a la habitación pero me quedo helada al escuchar sus palabras que suena más afirmacion que a pregunta.
- Alice..... tu estas embarazada -
¿Que? ¿Como sabe de eso? Se supone que él no sabe que estoy embarazada. Fui muy cuidadosa con los papeles del embarazo. Es imposible que haya visto los resultados de los exámenes de sangre porque están en casa de Claudia. Espero que el alcohol de mi cuerpo me haya hecho escuchar eso.
- ¿ Que has dicho? - logro preguntar dándome media vuelta para enfrentarlo bajo mi atenta mirada.
- Si o no - exije saber con sus ojos oscuros como la noche.
Y ahora que le digo. No quiero mentirle en la cara pero tampoco le quiero decir que estoy embarazada y dañar mi plan de aborto.
Me tambaleó casi cayendo al suelo y Carlos me auxilia sonteniendo mi cintura para que no me estrelle contra el suelo por segunda vez en la noche.
- Entonces Alice - su cálido aliento choca contra mi mejilla. Por inercia cierro mis ojos como intentando desaparecer
- Estoy muy mareada. ¿Puedo ir a dormir?- exclamo rezando para que acceda e irme a pensar que le diré mañana cuando despierte y me vuelva a preguntar del embarazo.
- Mañana hablaremos de esto - sentencia soltando mi cintura cuando ya me recupero.
- Si si como sea - le resto importancia a sus palabras. Observo como cambia sus facciones y se acerca al bar. Coge un vaso y se sirve una bebida azul.
- No bebas - intento parecer molesta pero más parece una mueca. No quiero que beba más. Últimamente esta bebiendo demasiado.
Me siento culpable. Por mi culpa estamos teniendo demasiado problemas.
- Creo que no eres la más indica para decir que no beba - resopla sin mirarme y hace como que brindamos para luego beber su vaso en mi cara.
- Tengo mis motivos. Créeme - jadeo con cansancio mientras camino a la habitación.
- Créeme que yo también Alice... yo también - escupe sirviéndose otro vaso.
Tengo tanta pereza y tanto sueño que me debato entre dormir con el vestido o ponerme la pijama.
A la final decido ponerme la pijama ya que el vestido es tan apretado que hay una gran posibilidad que amanezca muerta por ahogamiento. Recogó mi cabello en un moño alto y lavo mis dientes con los ojos cerrados. Apago la luz del baño y me acuesto en la cómoda pero solitaria cama.
Dos horas después un peso llamado Carlos se acuesta a mi lado pero ese peso no me abraza ni se acerca a mi. Igual ya me acostumbre a que no me abrace ni que me hable, a que solo sea un peso a mi lado. Este peso se mantiene lo más alejado de mi dándome la espalda, hasta que después de un tiempo ese peso tiene la respiración más tranquila indicandone que se ha quedado dormido.
Mierda las llaves de mi auto.
¿Y ahora que hago?
Mareada y cansada me levanto de la cama en busca del celular de Carlos para llamar a mi celular, solo espero que Nathan siga despierto.
¿Como se me ocurre bajarme de mi propio auto sin mis llaves y sin mi celular?
Fue un milagro que tuviera la llaves del departamento colgada en mi cuello.
Siempre la pongo ahí para no olvidarme o perderla ya que soy muy mala en cuidar mis cosas.
Me acerco al mueble en busca del celular de Carlos pero no esta. Maldigo mentalmente mientras salgo de la habitación. Ya dentro del despacho de Carlos puedo ver a mi objetivo a unos escasos metros de mi.
Intendo desbloquearlo pero no puedo.
¿Cambio de contraseña? ¿Es enserio?
Hasta lo que yo sabía su contraseña era su fecha de cumpleaños.
Piensa Alice piensa.
Todas las claves que pienso que pueden ser correctas resultan erróneas. Todos mis intentos son fallidos.
Con mucho cuidado dejo de intentar claves para que no se bloquee y coloco su celular en su lugar.
Sin hacer ruido me acerco al teléfono convencional y digito mi numero celular. Espero impacientemente a que Nathan responda.
Un pitido.
Dos pitidos
Tres pitidos.
Cuatro....cinco...seis.....siete y llamada perdida.
Ash Nathan responde.
Con mi cara de pocos amigos me dirijo a la habitación y me acuesto boca abajo rendida
Estoy muy cansada, mareada y..... ¿con muchas ganas de vomitar? Rápidamente me levanto de la cama haciendo mucho ruido y corro al baño. Levanto la tapa del inodoro y todo el exceso de alcohol que había en mi cuerpo sale sin piedad por varios minutos.
Esto es un verdadero asco.
Bajo la cadena del baño y regreso a la cama. El peso me observa como asegurándose que este viva, al comprobarlo niega frustrado y vuelve a dormir sin emitir palabra.

Amigo Con Derecho a ¿MALTRATARME?Where stories live. Discover now