Si les digo que en esta semana he podido dormir mis ocho horas diarias o que he pasado bien pues les estaría mintiendo descaradamente ya que esta semana ha sido un total desastre. Después de regresar del cementerio me instalé en la cama y no me levanté en lo que restaba del día. No quería saber de nada ni de nadie.
El lunes Carlos iba a faltar a su trabajo por cuidarme, pero furiosa le dije que podía cuidarme sola y que no era niña que necesitaba un niñero. Carlos también se enojó y me dijo que solo quería estar conmigo y pues terminamos discutiendo por primera vez. En lo restaba del día me sentía fatal por como lo traté y decidí organizar una cena familiar.
Para los ojos de Carlos y los de Pey parecía que después de la cena familiar todo había mejorado pero la verdad era que no, mi ánimo estaba por los suelos y no sabía qué hacer para sentirme mejor.
Durante toda la semana intenté aparentar estar bien, pero por dentro solo quería estar en mi cama y no moverme para nada. Pero lo malo era que cuando por fin llegaba la noche y estaba en la cama no podía dormir ni un maldito segundo ya que los buenos y malos recuerdos de Nathan se colaban en mi mente y me atormentaban. Clau intentó contactarse conmigo varias veces, pero la ignoraba ya que no tenía ánimo para nadie.
Ya es sábado y mientras almorzamos Pey nos cuenta que están estrenando una película y que hoy por ser sábado tenemos un descuento, pero realmente no quiero salir del departamento me siento agotada.
- Iremos otro día Pey- aseguro mirándola suplicante
- Pero mamá – exclama molesta – No has salido de la casa en toda la semana -
- Estoy cansada - espeto también molesta y me levanto de mi asiento. Dejo mi plato en el lavaplatos y me voy a la habitación rezando para que Nathan salga de mi mente y me deje dormir en paz.
- Als por favor dime que te pasa y no me mientas - ruega mi hermoso novio mientras se acuesta a mi lado
- ¿De qué hablas? - pregunto dándole la espalda y cerrando mis ojos
- Als nena. Me estoy muriendo de los nervios ¿Qué te pasa? - pregunta suplicante mientras pasa su brazo por mi cintura
- HE DICHO NO TENGO NADA! ¿¡¿¡ES TAN DIFICL ENTEDER QUE NO ME PASA NADA!?!? - grito exaltada zafándome de su agarre y me tiro a llorar en la cama mientras Carlos rápidamente me aprisiona contra su cuerpo.
Me quedo estática mientras la cercanía de su cuerpo me transmite tranquilidad, pero al mismo tiempo quiero alejarme y encerrarme en el baño.
- Ni pienses en huir Als – bufa como si leyera mis pensamientos y me abraza con más fuerza.
Lagrimas siguen rodando por mis mejillas y la cercanía de su cuerpo no ayuda, su abrazo me entristece más. Me acomodó mejor encima de su cuerpo mientras Carlos acaricia mi cabello y besa mi frente dulcemente.
- Descansa amor - susurra cansado y sigue en su labor de acariciar mi cabello.
Poco a poco mis ojos se cierran y después de una larga y pesada semana puedo dormir tranquilamente.
Lentamente abro mis ojos encontrándome con un musculoso pecho abajo de mí. Me remuevo y caigo a la cama.
- Uy nena pensé que morirá aplastado- señala Carlos burlón, pero sé que lo hace para animarme.
- Deberías ir más seguido al gimnasio así no habría problema de que duerma en tus brazos- digo intentando seguirle la corriente y aligerar el ambiente
- Podemos hacer otro tipo de ejercicio- asegura colocándose encima mío con sus brazos a los costados de mi cabeza
- Ni lo pienses – lo rechazo juguetona olvidándome de todos los recuerdos que me atormentan.
- Lo estoy pensando y mucho- añade antes de posar sus cálidos labios en mi cuello dejando una marca que no se irá en un buen tiempo.
- ¿Cuanto he dormido? - pregunto cambiando de tema. Me siento un poco incomoda por sus toques, además aún no me siento con muchas fuerza para ese tipo de ejercicio.
- Tal vez una o dos horas - indica sin mucha importancia colocándose entre mis piernas
- Pensé que había sido más horas - susurro perdiéndome en las caricias que me brinda.
- Mjm- dice y va dejando un camino de besos desde mi cuello al valle de mis senos.
Se da la vuelta quedando yo a horcajadas y pasa sus manos de mi cintura a mi cadera acariciándome lentamente. Me acerco a sus labios y los uno en un salvaje beso, pero lleno de amor.
- No puedo - me separo rompiendo el beso y para mi suerte suena mi celular - Iré a contestar-
- Als – reprocha a modo de súplica apretando mi cintura contra su cuerpo
- Puede ser importante – susurro intentando escapar.
- Pueden esperar- asegura sin despegar sus manos de mis caderas y las empieza a frotar contra su entrepierna. Con mucha fuerza me levanto e iba a contestar mi celular, pero la llamada termino.
- Vez no era nada importante – me recrimina negando frustrado y molesto mientras mira el techo. Dirijo mi mirada al reloj que esta frente a mí y recién son las diez y media de la noche.
Me debato mentalmente entre regresar al puesto donde estaba y terminar lo que empezamos o irme a la ducha y darme un buen baño, pero el sonido de mi celular me saca de mi pequeño debate.
- Hola hija. ¿Como estas? - saluda mi padre al otro lado de la línea
- Hola papa. Bien y ¿tú? – respondo viendo como Carlos sale de la habitación dándome espacio.
- Preocupado Alice. Tenemos que hablar -
- ¿Qué ha pasado papa? - pregunto preocupada
- El presidente y el gerente de la sucursal de Canadá nos han estado robando millones de dólares – cuenta y no sé qué decir – Alice necesito que te hagas cargo de la sucursal de allá. Confió en ti hija.
- No voy a mudarme a Canadá – afirmo segura de mis palabras
- Alice no te pregunte. Necesito que te hagas cargo de la sucursal de Canadá y punto – el tono de voz muestra que no es chiste y que tendré que mudarme a Canadá.
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Amigo Con Derecho a ¿MALTRATARME?
RomanceTener una relación de amigos con derecho con el hijo de los mejores amigos de mis padres quien siempre me ha llamado mucho la atención no suena nada mal. ¿Qué podría salir mal de una relación de amigos con derechos? Pues..... No sabía que esa deci...