connaître-moi, john

1K 176 94
                                    

conóceme, john.

   Nada más poner un pie en la casa, Youngho toma una respiración profunda e intenta calmar el deseo tan grande que siente de decirle lo mucho que lo atrae. Las ganas que tiene de conocerlo a fondo y descubrir a qué saben sus labios color cereza o su piel y de descifrar la incógnita tan compleja que oculta su pasado.

Ambos están empapados y Youngho puede apostar a que Jaehyun está congelándose igual que él, pero se lo toma con calma porque no quiere arruinar la bonita atmósfera que han creado al correr bajo una feroz lluvia tomados de la mano. Y está bien, porque él tampoco quiere hacerlo, aún sabiendo que debe ya que ninguno de los dos debería pillar un resfriado, le gusta que su mano siga sosteniendo la de Jaehyun aún si ya han entrado a casa.

   Algo pasa entre ellos y lo notan, no pueden seguir ocultando lo innegable.

   —Mañana saldré con unos amigos a tomar algo —Youngho rompe el silencio con una voz tímida, aún sosteniendo la mano de Jaehyun en la entrada del piso—, ¿querrías venir?

La propuesta toma por sorpresa a Jaehyun, quien mira a Youngho tentado a decirle que sí. Sin embargo, suelta su mano con lentitud y baja la mirada.

   ¿Y qué si Youngho acaba yéndose de su vida? ¿No estaba entregándole su tiempo de forma muy precipitada? "¡Exagerado!" así lo habían llamado innumerables veces desde que explicó sus razones para hacer de su tiempo algo valioso que no podía invertir en alguien que no mereciera la pena o que terminaría por salir de su vida tan rápido como había llegado. ¿Le serviría de algo salir con Youngho y sus amigos si cabía la posibilidad de que no volvieran a verse?

Es tonto que piense de tal forma. Que quiera adelantarse a lo que cree que ocurrirá por haber sido herido y abandonado de forma cruel en un pasado, aunque Youngho no se acercara ni un poco al tipo de persona que le rompió el corazón o aquellos que creía que eran sus amigos más cercanos. Ellos habían sido hipócritas, Jaehyun siempre fue el que sobró. Y después de una tragedia, a su lado no se quedó nadie. Nadie.

—Lo pensaré —musita casi sin despegar los labios y dedicándole una sonrisa a medias—, ahora deberías ducharte. No querrías faltar mañana al trabajo por un tonto resfriado, ¿no?

   —No —contesta entre pequeñas risas suaves que terminan en una sonrisa amplia—, suena como una muy mala idea.

   La risa de Youngho le transmite una calidez inmensa que es comparable a la que siente en la mano con la que estuvo sosteniendo la del contrario. Le quema y le exige más contacto, aún si hace unos minutos que las manos se habían separado, la de Jaehyun sigue temblando ante la idea de no volver a sentir la piel de Youngho sobre la suya. Porque la sensación le ha resultado más agradable de lo que debería y el deseo de explorar y tocar crece con cada roce, palabra o mirada.

—¡Youngho! —Jaehyun lo llama cuando se da la vuelta hacia el interior del piso, para ir a ducharse— no tardes mucho. Tampoco me gustaría resfriarme.

   Youngho asiente y no pasa mucho tiempo hasta que están ambos duchados y envueltos cada uno en una manta. Abril está a la vuelta de la esquina, todavía hace fresco y es necesario cubrirse porque este marzo las lluvias atacan en los peores momentos y traen días grises y fríos con ellas. Al menos así lo percibe Jaehyun.

El silencio que hay entre ellos no es incómodo. Se siente bien de alguna forma y ninguno ve apropiado romperlo, no todavía. Youngho bebe café y Jaehyun bebe chocolate a la taza, ambos bastante calientes y al gusto de cada uno. Tratan de no sorber o de no pasar el líquido con fuerza, piensan que incluso el latido de sus corazones o la sangre corriendo por sus venas podrían oírse debido a lo callados que están. Les agrada que el momento parezca íntimo aunque no sea nada especial.

sur des rêves et des bisousWhere stories live. Discover now