sur des rêves et des bisous

insuffisant

insuficiente.

   Haberse encontrado con Jungwoo no fue la peor parte. Tenerlo encima suyo a cada momento podría haberlo sido, y que le pidiera, rogara e implorara que fuese a visitar a Yuta, también.

   Sin embargo, aquello no es tan horrible como tener que ir a llorar en el hombro de Johnny. Esa es la peor parte de todo, definitivamente; porque sabe que no es sano, que aquel pilar en el que se apoya constantemente acabará derrumbándose tarde o temprano si no comienza a quitarle peso. Cada vez aguanta menos, y Jaehyun le añade más y más carga conforme pasan los días. Lo sabe porque la madrugada del sábado, sin quererlo, escucha algo que hace temblar hasta el más pequeño músculo de su cuerpo.

   —...no, Jongin. Yo lo llamaría un sentimiento de insuficiencia —Johnny habla a través del teléfono móvil con quien parece ser uno de los hombres que habían ido a comer a su casa hacía un tiempo—... ¡porque todo lo que hago nunca es suficiente! Siempre es Doyoung, y eso es...

   Sí. Está de acuerdo con lo que John piensa, incluso si no se atreve a decirlo, porque sabe que lo considera egoísta. Tiene que morder su labio inferior para contener las lágrimas, trata de que el chico no note que lo está escuchando.

   —...pero quiero creer que se está esforzando por dejar atrás todo aquello que le duele. No soportaría el ser usado como una tapadera barata, porque no quiero producirle una felicidad falsa ni ayudarle a que se engañe a sí mismo diciéndose que está bien. No lo está. Y por lo que sé, lleva sin estarlo durante mucho tiempo. Y-yo... —baja el tono de voz, y es entonces cuando Jaehyun se da cuenta de que está luchando consigo mismo para no llorar. Él le está provocando dolor a Johnny, y sabe como remediarlo pero no es lo suficientemente valiente— solo quiero ayudarlo, y no sé cómo. Incluso si eso implica que se dé cuenta de que no soy lo que busca, quiero estar ahí para él hasta que pueda recordar sin echarse la culpa y lastimarse pensando que pudo hacer algo al respecto... —hace una pausa, eterna a los ojos de Jaehyun— ¿por qué? yo lo amo, Jongin.

   Qué locura. Jaehyun cree haber escuchado mal, o al menos eso prefiere decirse a sí mismo.

   Amar es una palabra de esas que muchas personas dicen con facilidad y no sienten, una palabra que muchas otras no dicen por temor al rechazo o simplemente por mera vergüenza. Y no obstante, había salido con tal naturaleza de los labios de Johnny, acarició sus oídos con tanta delicadeza que, inevitablemente, creyó en el valor de ésta.

   Johnny me ama. ¡Johnny me ama!

   No sabe cómo puede ser eso una cosa buena. Si, como él mismo había dicho, no soporta ser usado. Y Jaehyun teme que eso es exactamente lo que está haciendo, usarlo, reconfortarse en su calidez mientras no deja de pensar en el pasado sin importarle que el uso que le da no es adecuado. Egoísta, vuelve a repetirse.

   La solución es simple: tiene que dejar ir a Do. Tiene que comprender que nunca, jamás, ni nadie, puede ser dueño de los sentimientos de otra persona, que él no es el culpable de que lo hubieran traicionado y mucho menos de la muerte de su querido.

   Pero, ¿cómo podría atreverse a dejar ir, a abandonar la costumbre de imaginarse todo lo que podría haber sido y no fue? ¿Cómo podría acabar con aquella triste adicción que lo consume como fuego extendiéndose por un bosque, el bosque de su vida?

   No se ve capaz. Sabe que Johnny sufre, pero no quiere moverse de donde está.

   Es así que, por lo tanto, llega a la conclusión de que es Johnny a quien debe dejar ir. Es injusto que malgaste su tiempo y dedicación en alguien que no tiene intenciones de salir del estúpido patetismo en el que está sumergido, no porque no pueda, sino porque se niega a hacerlo. Él quiere lo mejor para Johnny pero no cree que lo mejor sea quedarse a su lado, quiere que vuele alto sin importar que no pueda seguirle el ritmo, porque sus alas ya no son más, porque ve inútil querer repararlas si el haberlas perdido es lo único que le queda después de la caída. Ya no quiere que Youngho se lamente, no quiere que lo intente hacer volar de nuevo o que lo acompañe en los días de lluvia, cuando nadie se percata de que llora y llora sin descanso.