Capítulo 1 la nueva estudiante

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- ¡Señor Bínzor, atienda! - le dijo el profesor dando un golpe en el borde de su pupitre. Él sacó la cabeza de entre los brazos y miró a la pizarra. Habían pasado cinco años desde la masacre por lo tanto, cinco años desde su llegada a la academia.

- ¡Señor Bínzor! - le volvió a gritar el profesor al ver que no respondía.

- ¿Sí? - dijo incorporándose mientras lo miraba inexpresivo

- ¿Cuál es su clase señor Bínzor? - preguntó el profesor.

- ¿Clase?

- Sí, por ejemplo, la señorita Leblanc es una rastreadora - explicó señalando a una chica de cabellos rojizos y destellos anaranjados que al moverse por la leve brisa se asemejaba a una hermosa e indomable llama. Sus ojos aunque no eran especialmente grandes llamaban la atención debido al intenso color verde que los caracterizaba. Vestía una camiseta blanca que dejaba entrever un tatuaje en su hombro izquierdo semioculto por su cabello. La muchacha le sonrió dulcemente.

- Soy un carroñero - susurró.

- Qué extraño, he visto muchos tipos en mi vida y nunca había oído hablar de esos. ¿En qué se caracterizan velocidad, fuerza...¿ Agilidad, tal vez?

- Lo he creado yo, señor - le contestó para evitar que recitara la infinidad de características.

- Eso sí es interesante - dijo mientras se le iluminaban los ojos y colocaba las manos en la mesa de Eric, lo miraba intensamente buscando alguna alegoría que lo relacionara con las palabras anteriormente mencionadas. Al recobrar la compostura se alejó de la mesa del muchacho - ¿podrías compartir con el grupo lo qué caracteriza a tu "nueva clase"?

- Veamos... por usar hechizos de invisibilidad y otros que quitan el sonido.

- Una Build útil para sorprender a tu presa y asesinarla, algo típico de los asesinos, ser ágil y rápido... - la campana puso fin a la clase

- Bueno, espero que la próxima vez nos hagas una demostración - dijo el maestro sin poder contener su felicidad antes de coger sus libros de texto y salir del aula.

- Creo que te malinterpreta - le dijo la chica pelirroja sentándose en la mesa de al lado.

- Sí, pobre -

- Una cosa Eric, si te pide una demostración ¿le harás la de desaparecer y quitarle la cartera o la de tratar de desnudar a una compañera?

- Tienes que admitir que fue divertido - dijo sonriente.

- Sí, divertidísimo, pero no dejas de andar pegado a la pared, para ver venir la bofetada ¿me pregunto... cuando te la dará?

- Tranquila, resonará por toda la escuela - le aseguró Eric esbozando una sonrisa. Lucía era su mejor amiga, fue la primera persona con la que se relacionó tras el desastre y era una de las pocas que conocía su lado dulce y amigable ya que la cara que mostraba al resto del mundo era mucho más fría y silenciosa.

- Admito que la clase que me he creado no sirve para mucho pero me mantiene vivo y me permite robarles las presas a otros, para mí, es suficiente.

- ¿Que has creado?- preguntó arqueando una ceja mientras le brindaba una sonrisa coqueta que fue acompañada por una leve inclinación cesando cuando sus frentes se rozaron. - Deberías conformarte con no haber explotado- le comentó simulando una explosión con la boca mientras se dejaba caer de espaldas.

- ¡Pfff y pensar que podría haber cumplido mi sueño de ser un petardo!- masculló en tono sarcástico

-Para mi siempre serás un petardo- respondió mirando al techo

-Ahhh... ¿Gracias?

En el pasillo

- Le aseguro que en nuestra academia solo entra la élite - insistió el director mientras acompañaba por los interminables pasillos a una chica bajita a la que le caía un mechón negro junto al ojo izquierdo, iba en sintonía con su piel levemente pálida y sus ojos canela que transmitían una sensación de calidez. Su cabello era corto quedándose a la altura de los hombros, sus finos labios sin pintar daban un aire relajado junto con su sudadera negra con un gato blanco bordado en el hombro. Lo más curioso eran sus guantes en los cuales había bordadas unas enormes flores extrañas. A parte de esto, lucía unos vaqueros y unas botas con hebillas en forma de delfín.

- Y ¿cuando podría empezar las clases? - preguntó mientras le daba las últimas pinceladas a su boceto. Su padre había hecho especial hincapié en que recordara ese dato ya que le podría ser útil en caso de que algo saliera mal.

- Mañana, aunque ahora puedes ir a conocer a tus compañeros, si te apetece, tu clase es la setecientos veintiuno - le dijo el director. La muchacha hizo una pequeña reverencia antes de irse. Cuando la nueva estudiante giró la esquina el director se percató de su terrible error y salió tras ella lo más rápido que le permitieron sus cansadas y ancianas piernas.

- ¿De qué crees que será el próximo examen? - le preguntó Lucía a su amigo

- No lo sé, pero estoy ansioso - el chico dejó de hablar en cuanto un aroma a fresas se coló por su nariz. - Fresas... eso significa que- el joven se quedó paralizado en cuanto sus ojos localizaron a la muchacha.

Sophie con total indiferencia echó un vistazo a su alrededor. La clase estaba organizada en forma de teatro incluso contaba con una enorme cúpula en la que se encontraba un imponente cristal carmesí. En el pasillo central se encontraba un grupo de chicos hablando, sentados sobre sus pupitres, se les veía felices pero en cuanto se percataron de la presencia de la muchacha sus expresiones cambiaron radicalmente. Algunos se mostraban confusos mientras otros la miraban asqueados.

- ¿Es una... ?

- Claro que lo es no hueles esa peste que avienta-un murmullo inundó el aula.

- Un examen sorpresa ¿quizás? - estas palabras se hicieron cada vez más presentes

- ¿Qué iba a ser si no? - todos comenzaron a levantarse de sus sitios mientras la miraban de una forma muy siniestra antes de recoger cúteres, tijeras etc y lanzarse sobre ella. La joven los esquivó sin demasiado esfuerzo soltando golpes a diestro y siniestro lanzando a los alumnos por los aires.

- Eric, ¿vamos?¿Eric? - el chico había desaparecido.

- ¡Acaben con esa puta bruja! - gritaban los alumnos restantes tratando de cortarla con sus armas siendo esto en vano ya que acabaron por los suelos. La muchacha dirigió su atención a una mesa cercana.

- ¡Te tengo zorra! - le gritó Eric volviéndose visible y lanzándose sobre ella con su cúter. La joven dio un paso a la derecha esquivando el primer corte que fue seguido de una patada que la tiró al suelo, rodó por este para impedir que el muchacho la apuñalara. Cansada de huir se llevó la mano al cinturón y salió corriendo hacia él, Eric la imitó.

- ¡Ya basta! - ambos se quedaron paralizados cuando entró un hombre alto con barba y cabello cano que llevaba una camiseta de tirantes y un bastón.

- ¡Buenos días, señor director! -dijeron a coro.

- Buenos días, veo que ya habéis conocido a vuestra nueva compañera de clase - todos se quedaron anonadados.

EL Círculo ( Editando Y Corrigiendo)Where stories live. Discover now