Él era un hombre honesto, sensible y admirable, pero un suceso de su pasado lo convirtió en alguien desconocido para sus cercanos.
Sus marcas son el reflejo de la verdad.
Su nombre es Elliot Sariel MacQuoid, no era el único en el mundo que tuvier...
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"Insomnia" -"SEQUELS"-2WEI
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Durante todo el camino trate de pensar en las posibilidades sobre el estado de Becca, me negaba ante todos mis pensamientos los injusticias que pasan por mi vida.
—Llegamos señor.
Bajo del auto sin que mi chófer se atinara a ayudarme con la puerta del vehículo. En la puerta principal del Ducasse se ve la presencia de muchas personas, entre estos desconocidos, se encontraba la prensa apuntando y tomando fotos en dirección al charco de sangre. Uno de ellos alza la vista para apuntarme con su cámara ante mi presencia, mi desesperación estaba a mil por hora, sin detenerme busco en el interior del restaurante donde pregunto:
—¿La familia MacQuoid?— me dirijo al camarero tomando de sus hombros con angustia y pavor.
—¿Señor MacQuoid?—dice sorprendido—. La familia MacQuoid llegó aqui, al lado de una joven de tez blanca y cabello castaño, la señorita Rebecca. Los señores se la llevaron al centro de medico mas cercano, solo se escucho un par de disparos.
—La clínica...— murmuro exasperado tratando de calmar mis impulsos.
Salgo de inmediato del restaurante pero mi paso fue impedido por los flashes de las cámaras que ocupaban todo mi espacio personal. Trato de advertirles de su gran molestia de tenerlos cerca, pero ellos se negaban a seguir mis ordenes.
—¿Señor MacQuoid? Su aparición es inesperada.
—Señor MacQuoid ¿Cómo toma la noticia de su hermana?
—Señor...señor...señor...— trato de buscar a mi chófer cuando este alza su mano en medio de la multitud que se acercaba cada vez más.
No soportaba tener a los medios tan cerca y menos en estos momentos.
—A la clínica ahora. —ordene.
—Hable con su padre me dijo que están en el centro clínico y que su presencia no era necesaria.
Ignore lo ultimo que me había comentado, sigo su paso en dirección al vehículo. Tengo suerte de que mi chófer pueda comunicarse con él porque ni yo tengo las agallas para hacerlo ahora. Solo me importa la vida de mi dulce hermana, la última esperanza que quien sabe si esta al borde de la vida o la muerte. Me echo sobre el asiento acomodando mis brazos en ambos lados, estas terminan sobre mi rostro expresando mi arrepentimiento.
