Él era un hombre honesto, sensible y admirable, pero un suceso de su pasado lo convirtió en alguien desconocido para sus cercanos.
Sus marcas son el reflejo de la verdad.
Su nombre es Elliot Sariel MacQuoid, no era el único en el mundo que tuvier...
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Kaleo - Way Down We Go
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Hoy era el día en el que Becca definiría la relación que llevaba con Andreas, la familia se había reunido de nuevo en la casa de campo donde nuestros padres suelen pasar la mayor parte del tiempo cuando llegaban a Inglaterra. Estaba a pocos minutos de llegar a la casa de campo, a pesar de que no se trataba de mi tenía que verme de lo mas presentable. Según lo que me comento Becca, fue que también invito a la hermana del dichoso hombre que la hará feliz, Camila, y a sus padres, aunque lastimosamente ellos no podrían asistir tras un viaje repentino a Noruega.
—¡Llegaste!—sentí la acogedora forma de recibimiento por parte de Becca al tomarme de mi cuello logrando aprovechar el momento para balancearse de cierta forma divertida.
—Me vas a dislocar el cuello, Becca.—me quejo, toma distancia regalándome una de sus afables sonrisas.
—Solo faltabas tu, ¡por dios!—me reprocha frunciendo el ceño—.Pasa, tenemos todo listo.
—Llego, ¿Camila?—pregunto acomodando uno de los guantes de cuero.
—Si, esta feliz y congraciada de volver a verte.
—De eso temo, de que sea amigable por obligación que por su propia voluntad.
—No seas asi, ella sabe por lo que has pasado. Sabe perfectamente la situación y te entiende absolutamente.—tensé mi mandíbula, su comentario logro que mis ansiados movimientos de mis manos se apaciguaran por un breve momento.
Sigo su camino hasta llegar a la sala principal donde todos nos estaban esperando. Logro oír una conversación entre ellos terminando en risas, tanto asi que oí un par de voces reconocidas, eran los hermanos Ferrec. Mi presencia en la sala, hizo que todos lograran voltear a mi dirección siendo totalemnte la atención de ellos, los hermanos Wortham se levantaron para realizar un breve saludo.
—Un gusto volver a verte, Camila.—ella extiende su mano del que no dude corresponder.
—Elliot, el gusto es mio. Es grato saber de ti, le pregunte a Andreas de ti y me dijo: Esta en su mejor momento, asi de cortante me respondió.—dice tratando de imitar su voz, suelto una ligera risa al escucharla.
