|Capítulo NUEVE|

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Never Going Back, The Score  

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Never Going Back, The Score  

Hoy era otro de esos días para volver a visitar a mi hermana durante cierto tiempo de la tarde

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Hoy era otro de esos días para volver a visitar a mi hermana durante cierto tiempo de la tarde. La veía descansando o a veces en plena practica de ejercicios de terapia. Las balas le habían ocasionado cierto daño muscular del movimiento de su piernas derecha. Ya no me quiero echar la culpa pero tengo esa fría sensación de que todo esto no hubiera pasado si tan solo hubiera asistido a la cena.

—¡Toly!—grita mi hermana justo entrando a su salón asignado con la ayuda de una enfermera.

—Buenas tardes mi dulce, Becca.—respondo colocándome de cuclillas para ofrecerle un abrazo. 

—¿Tu fuiste quien me trajo un globo amarillo? Una carta y varios dulces, ¿no es asi?—pregunta mientras la enfermera la acomodaba en su respectiva camilla. 

—Un niño me regalo un globo y te lo traje a ti, la carta lo hicieron ellos y los dulces también.

—Debo suponer  que te agrado el lugar y al menos te hicieron reír. Claro que James tampoco dejo de comportarse como uno, su hermana lucia hermosa. 

—Nos viste...—aseguro colocando el dedo sobre mi mentón.

—Estaba la prensa nacional, ¿qué esperabas? Ademas mi fiel secretaria me lo contó todo y si me refiero a todo, es absolutamente todo; asi que ahora me dirás qué paso. 

—Muy aparte de la presencia de cierta mujer, si me sentí nervioso. Becc, logre imaginar a Bella en pleno discurso. La vi a ella sentada pero no estaba sola, coloco sus manos sobre su vientre mientras sonreia. Te juro que pensé que era real. —ella toma de mi mano y su rostro logra cambiar en un solo instante.

—Toly...—sisea— lamento mucho...que llegaras a recordarla, sé que ella marco cierta parte de tu juventud pero es momento que logres entender que no todos dependemos de alguien para encontrar la felicidad—se acorta sus palabras—. Ahora hay otra cosa que tengo cierta duda, qué paso con la mujer que llego a la casa del Nottingham.

—Ella...—bufo soltando una risita— la conocí en Lancaster, después de la fiesta universitaria, ella me dio mi primera infracción. Era policía, logro recordarse de mi por el primer y estúpido cumplido vergonzoso de esa noche para que no me diera otra papeleta. 

SAVE ME  | Pasiones secretas N°1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora