|Capítulo QUINCE|

50 4 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿De qué quieres hablas, hijo?—descarado, me acerco a él para encararlo de una buena vez sin rodeos, frente a frente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿De qué quieres hablas, hijo?—descarado, me acerco a él para encararlo de una buena vez sin rodeos, frente a frente.

—Cuando pensabas decirme que Rebecca no es mi hermana de sangre. ¿Cuándo?—aprieto los dientes, mascullo exacerbado de la situación.— El día en el que se enterara de la verdad, acaso.

—¿Cómo lo sabes?¿Quién te dijo eso?

—A ti no te interesa, preocúpate por decirle todo. Esta en su mejor momento, tratando de recuperar todo lo que había perdido con el hombre que ella quiere y luego esto...; asi que le dirás ahora antes de que se entere por la boca de otro que no seas tu.

—Elliot, no es fácil decirlo.

—Pero ocultarlo ¿si?—inquiero con ira.— Veinticuatro años ¡Maldita sea! —gruño—. Sabes cómo se pondrá si ella se entera que no eres su padre biológico, que no soy su hermano de sangre y mi madre no tiene una hija que sea ella.

—¿Crees que no lo he pensado? Viví con ello durante mucho tiempo, sabes porque trato de protegerla cuando caíste en esa maldita y oscura situación de colapso. Quería, anhelaba con todo mi ser tener una hija, alguien con quien podías jugar todas los días, pero tu madre no pudo tener mas hijos por ti. Tu fuiste una maldicion, Elliot, ahora entiendes porque no te doy cierto cariño como lo hago con Rebecca. ¿Entiendes todo lo que te digo? Si fueras padre lo sabrías pero hasta eso se fue de tus manos, no fue...

—¡Cállate!—grito— No vuelvas a mencionarla, yo la amaba, la quería en mi vida y para siempre, pero prefirió irse de mi. Huir, tal vez, pero no de mi sino de ustedes. Leí la carta perfectamente, sabes lo que me dijo. Que mi madre y tu, acordaron para alejarla de mi. La menospreciaban por estar cerca a mi por formar parte de esa detestable noche donde yo era la victima.

—Y tiene razón, ella te trajo todos sus problemas, tuvimos que aceptarla porque vimos que eras feliz; pero nos equivocamos. Solo era una ilusión tuya, tu construiste todo, tomaste todo el cargo en ti y, ella, no hizo nada más que buscarte problemas con uno de la familia Wortham.

—¡Qué pasa aqui!—las puertas del salón se abren de un solo golpe, había dos mujeres en aquella esquina. Rebecca y mi madre, ambos las miramos y nos alejamos, retiro la silla que estaba estorbando el paso. 

SAVE ME  | Pasiones secretas N°1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora