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- Alba Reche.

- Eilan Bay. ¿O fuera de la tienda debo llamarte Natalia Lacunza?

- Mejor Natalia.

- En ese caso, Natalia Lacunza. ¿Qué te trae por aquí tan pronto? A penas hace un rato que hemos abierto.

- Me trae el hecho de que una cantante toca esta noche aquí y me gustaría verla.

- ¿En serio? Entonces espero que no te importe que me quede contigo a verla.

- Si eres capaz de duplicarte y verte desde el público mientras tocas, para mí sería un gustazo.

          La rubia sonrió y subió el taburete al escenario, como de costumbre. Era viernes otra vez, lo que significaba hacer lo que más le gustaba. Cantar.

- ¿Aviso a algún camarero para que venga?

- No, creo que voy a esperar un rato. A menos que sea para el café ese que me debes, aunque creo que te pillo en mal momento.

- La verdad es que un poquito -hizo una mueca.

- En ese caso me quedo aquí.

          Hubo un pequeño silencio que ninguna de las dos se preocupó por rellenar. Natalia entendía que Alba debía prepararse, y no sabía si tenía algún ritual antes de subir al escenario, por lo que no quiso molestarla. Alba, por su parte, estaba demasiado concentrada repasando las canciones en su cabeza como para levantar la cabeza de las cuerdas de la guitarra y mirar a quien tenía delante. Estaba tranquila, El Gato Negro era su elemento y su segunda casa, pero le parecía haber vislumbrado entre el público a algún hombre trajeado y aquello la incomodaba ligeramente. Era habitual que hubiera algún cazatalentos por la zona, no en vano era el barrio de la música del momento, pero para Alba la idea de tener a gente así mirando no le gustaba ni un pelo. No quería trabajar para ninguna discográfica, siempre que le ofrecían un contrato era con unas imposiciones que no iba a tolerar. No iba a permitir que la cambiaran y terminar haciendo una música que no le gustara, ni quería que controlaran su vida social, la ropa que llevaba o los sitios donde tocaba. Tenía una canción estrella que le gustaba cantar cuando veía a gente de ese estilo por El Gato Negro.

- Hmmm... Buenas noches -murmuró al micrófono cuando se subió al escenario. Miki no trabajaba aquella noche y era el que la presentaba habitualmente, por lo que aquella noche le tocó salir sola ante el peligro-. Soy Alba Reche. Esta noche quería empezar por algo bastante divertido, esto es Fucked Up World -The Pretty Reckless nunca fallaba.

          Saltó por el escenario y miró a los hombres trajeados que la observaban, dedicándoles esa canción. 'Que os jodan', les decía con la mirada.

          Cuando terminó, bajó de la tarima un momento para beber agua y coger aire. Siempre lo daba todo con aquella canción y ahora no podía pasar directamente a alguna de las más tranquilas. Las cosas con calma pero como deben ser.


          La noche transcurrió con tranquilidad y sin percances. Podía ver a Natalia en una de las mesas centrales charlando con un chico de pelo oscuro. Carlos, María y Afri no habían aparecido en toda la noche aunque le dijeron que lo harían pero decidió no preocuparse por esto último. Nunca miraba el móvil los viernes por la noche y probablemente le habrían escrito algo para excusarse, por lo que decidió simplemente seguir a lo suyo. Decidió hacer un cambio de última hora y se lo comunicó a los chicos que la acompañaban en el escenario para sorprender a Natalia. Siempre dejaba las canciones que escribía ella para el final, pero esa noche había decidido no hacerlo de esa forma. Quería ver la reacción de la otra chica.

          Cuando empezó a cantar la primera, no obtuvo reacción ninguna. Supuso que era porque estaba distraída hablando con Damion, pero cuando se dio cuenta de que ya había acabado con las covers, se giró a mirar el escenario con un gesto entre triste y resignado. Alba esbozó una sonrisa y le guiñó un ojo cuando se dio cuenta de que la estaba mirando, dejándola aún más confundida que antes.

- Esta noche he hecho un pequeño cambio, espero que no os importe que termine con un cover en vez de con una de mis canciones -murmuró al micrófono mirando directamente a la morena. Se colocó la guitarra y empezó a tocar 'Need The Sun To Break'.


- Por un momento pensaba que no ibas a tocar nada del disco.

- Fue divertido ver tu reacción cuando pasaba a cantar las mías.

- Ah, entonces lo que querías era picarme.

- Quería ver tu reacción, creo que valió la pena.

- Que fuerte. Nadie juega con mis sentimientos de esa forma, Alba Reche.

- Uy, uy, uy, me parece que vamos muy rápido. ¿Qué sentimientos? ¿Qué me he perdido?

          Natalia se sonrojó hasta la raíz del pelo.

- No hablaba de eso. Pero ha sido jugar sucio.

- Pagaría por tener una foto de tu cara en ese momento. Ha sido una mezcla entre indignación y ternura, casi me arrepiento de haber cambiado el orden de las canciones. Parecías un bebé.

- ¿Por qué elegiste esa?

- No lo sé, me llamó la atención. Creo que no hay más misterio.

- ¿No hay ninguna razón oculta ni ningún ritual raro con el que eliges las canciones que tocas?

- ¿Cómo has podido saber eso? -se hizo la sorprendida- Entraste en mi casa o algo mientras escuchaba el disco, seguro.

- Que dices, loca.

- Es coña. No, normalmente la razón por la que elijo una canción es la intuición. Escucho mucha música, alguna canción me debe llamar la atención. En este caso ha sido esta, pero si me llegas a dar otro disco, igual te canto otra.

- ¿Eso es una indirecta para que te regale más música?

- Si quieres te lo digo de otra forma.

- Creo que ha quedado claro, para la próxima vez que nos veamos te traeré algo.

- ¡Genial! ¿Cuándo quedamos?

El Gato Negro // AlbaliaNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ