Capítulo uno: Encuentro

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Min Yoongi sacudió su mano con asco.

Odiaba siquiera tener contacto con los chicos de grados menores.

Pero los golpes se lo buscaron ellos. ¿Quiénes se creían como para llamarlo "gatito"?

Las dos narices rotas y tres dientes salidos que Min había dejado a su paso dejaron evidencia de lo que alguien se podría llevar si es que le dirige la palabra de manera incorrecta.

Bufó y pateó el costado de uno de ellos.

¿Cuatro chicos, y ninguno había podido siquiera rozarle?

- ¡Oppa! ¡Se vió tan genial! - y ahí estaban esas de nuevo.

Lo seguían a todos lados, lo alentaban todo el tiempo.

Y Yoongi solo quería que desaparecieran o murieran por alguna enfermedad jodida.

- Váyanse a la mierda - Les escupió y pasó por en medio del gran grupo de chicas que se había amontonado, golpeando los hombros de algunas en el camino.

¿Cómo se le puede tener respeto a las chicas si es que andan de molestas hormonales cada dos por tres?

Oppa, lo habían llamado así desde el momento en el que golpeó a uno de los profesores que le había pedido silencio en clase.

Yoongi revisó su reloj, esperando no estar tan tarde a la escuela.

Y no era llegar temprano a clases lo que lo inquietaba. Es que tenía una follada asegurada con una de las asociales e ilusas de la escuela, pero que llevaba unas curvas de infarto.

Bueno, no tan asegurada. Yoongi odiaba los vírgenes. Y era completamente probable que la chica lo sea.

Caminó con desgano hacia la institución. Midiendo las posibilidades de que sea o no virgen.

Al llegar, la chica lo esperaba en la entrada, sonrojada y con el cabello suelto para su "cita" como así lo había llamado Yoongi a modo de burla.

Parece que la vieja broma de la follacita no hacía gracia en ella.

- ¿Eres virgen? - fué lo primero que preguntó Yoongi al llegar a su lado, con una mirada aburrida.

La chica parecía aturdida. A su rostro se le subieron los colores.

- ¡S-Si! ¡Pe-pero estoy dispuesta a entregarle todo a usted opp-! - y antes de que terminara, Yoongi frunció el ceño y avanzó hacia el pasillo sin siquiera mirarla.

- No estoy interesado - fue lo último que le dijo al doblar por la esquina para dirigirse a la azotea.

Al llegar, supo que las clases habían iniciado ya que no estaban sus mejores amigos: Namjoon y Hoseok.

Prendió un cigarrillo aprovechando que no había nadie y que había dejado la costumbre ya hace mucho. Se recostó contra la reja que separaba a la gente que se encontraba ahí de un final inminente

- Tranquilo ChimChim, no hay problema, sólo es tu primer día en el primer año, nada grave, sólo preparatoria, ¿Qué podría salir mal? Mamá dijo que eres bonito, ¡Todos pensarán que lo eres entonces! ¡Mamá no se equivoca nunca! - una aguda voz le llamó la atención, sobre todo porque aún siendo aguda, le resultaba agradable.

Yoongi frunció el ceño, volteándose.

¿Qué se creía ese niño en plena pubertad como para estar aquí, en el lugar especial de él y sus amigos? Diciendo estupideces sobre que su mamá nunca se equivoca. Min Yoongi le enseñaría, le diría aquella frase célebre que tanto amaba, algo como: "Pues tu mami es una tonta" o-

Al voltearse completamente, pudo ver mejor al pequeño chico de cabellos castaños. Labios gruesos y esponjosos a la vista, ojos grandes, curiosos e inocentes, mejillas sonrojadas y rellenas, pequeñas manitas gorditas que daban ganas de tenerlas entre las tuyas mismas y sobre todo, oh, mierda. Sobre todo aquella expresión de inocencia y desconcierto que le dió a Yoongi cuando se volteó bruscamente.

Bueno, algo había aprendido Min de ese encuentro.

Que la mamá de ese chico definitivamente no era una tonta.

Algodón de azúcar y un poco de amor || Yoonmin ||Where stories live. Discover now