Capitulo veinte: |Especial primera cita: 6/6 |

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Date.

Así estaban las cosas, un Namjoon desesperado por encontrar a Yoongi, y este último teniendo un orgasmo mental al ver al menor entrar en la cafetería con nada más y nada menos que un pequeño llaverito colgado del bolsillo.

Un llavero con un maldito juguete de un ladrillo.

Cabe resaltar que el ladrillo no fue lo único que lo puso de rodillas, aquellas lindas mejillas adornadas con el tierno sonrojo del menor, en conjunto con la ropa que estaba usando, le causó alguna clase de diabetes infiernal, sentimiento que no pudo ocultar al ponerse rojo como un tomate.

Maldecía a su piel exageradamente pálida y a su vida de ermitaño, la cual no dejaba que el mayor se quemara al menos un poco.

Por el contrario, Jimin estaba tan nervioso que al no notar a su hyung en la mesa del frente se sintió realmente mal, pensando en que se había arrepentido al último momento, perdiendo el interés.

Sin embargo, al notar casi al fondo a un chico pálido, casi babeando al verlo y con claro nerviosismo en el brillo de sus ojos, corrió hacia él, abrazándolo.

- ¡Hyung! - se colgó de su cintura cual mimoso koala, por lo cual Min murió un ratito por toda la maldita azúcar que en ese momento el pequeño Jimin le estaba proporcionando.

- Hey, Jiminie - le respondió con fingida simpleza, cosa que Jimin se hubiera creído de no ser por el notorio temblor de las manos del mayor.

Sonrió para sí mismo, sentándose por fin en la mesa frente al mayor.

Charlaron, rieron y se compartieron uno que otro dato personal, profundizando más su "amistad".

Jimin, de manera inconsciente, había hecho un mohín al escuchar a la mesera decirle a Yoongi "Bien, malteada de fresa para usted y su amigo".

"Amigo"

Min no había podido evitar reír y sonrojarse al mismo tiempo que la chica se disculpaba haciendo reverencias, diciendo esta vez "¡Lamento mucho molestar a usted y a su pareja!" cosa que hizo que Jimin cambiara de un puchero a un sonrojo.

Yeri, avergonzada, salió de ahí casi corriendo y no queriendo ser odiada por aquel adorable chico de chaqueta amarilla.

Claro que Yoongi lo molestó, aprovechando las reacciones del menor para hacerlo sonrojar aún más.

Poco es decir que Jimin casi explota de vergüenza.

Todo el día fueron sonrojos, caricias y besos en la frente.

Yoongi guiaba a Jimin a sus lugares favoritos, silenciosos y tranquilos, con hermosas vistas de la ciudad, y el menor tan solo disfrutaba de las cálidas manos de su hyung contra las suyas, acurrucándose en él por el "frío".

Mientras tanto, Namjoon y Hoseok los observaban desde lejos, Nam tomando millones de fotos y diciendo cosas como "Esta noche Suga si se la jala" mientras que Hoseok por momentos reía como desquiciado y los veía feliz, sabiendo que aquel inocente amor sería duradero.

Algodón de azúcar y un poco de amor || Yoonmin ||Where stories live. Discover now