La tierra, año 2080. Nada será lo mismo.
Silver es un chico intrépido y decidido que sueña con conocer el mundo. Luego de discutir con su padre, escapa a la noche de San Diego y conoce a un grupo de misteriosos cambiaformas.
Encuentro que lo conduci...
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Las olas rompían sobre la arena húmeda de la playa, el cielo oscuro pintado de salpicadas estrellas apenas visibles. La luna se encontraba un poco oculta por un par de nubes que disminuían su brillo, su reflejo en el océano era como una mancha difusa.
Silver estaba algo sorprendido, cuando llamó a Chaz y Nolan para encontrarse esa noche, nunca pudo imaginar que sería abordado por una hermosa, pero intimidante cambiaformas. Aquélla antigua playa no estaba tan alejada del centro de la ciudad y aun así parecía como si no existiera. Que fuese un lugar usado por cambiaformas, no fue algo que le preocupara o que se hubiera imaginado.
—Suficiente, Becca, Aléjate de él ¡ahora! —La voz de Nolan sonó fuerte y demandante.
En el momento en que llegaron a la playa, pudieron percibir el olor de Becca. Era un aroma único e inconfundible. Nolan había discutido con Chaz por haberla llamado. Si Chaz era sinónimo de problemas, ella era el sinónimo de apocalipsis.
Desde que los había salvado un par de años atrás de un encuentro fortuito con algunos miembros de las fuerzas. Se había vuelto muy cercana a Chaz, pero siempre molestaba a Nolan, algo que a él nunca le gustó del todo.
Después de un tiempo, justo esa noche Chaz había tenido la grandiosa idea de llamarla para encontrarse con ellos, ya que hacía bastante tiempo que no la veían. El pertenecer a manadas de cambiaformas diferentes, y las cuales casi siempre estaban en conflicto era algo que no los ayudaba a verse muy seguido. Chaz escapaba una que otra vez para verse con ella, era de las únicas veces que Nolan no lo acompañaba, y Nolan lo agradecía.
Según Chaz, ella podría ayudarlos a entender un poco más qué era lo que estaba ocurriendo con Silver y sus muy misteriosas habilidades, pero para Nolan solo era una excusa para tenerla con ellos, aunque los cambiaformas león tenían contacto directo con los humanos y eran de los que mejor se integraban a la caótica sociedad humana, y el padre de Becca era el alfa de la manada de cambiaformas león de San Diego.
Nolan había insistido en que si hablarían con Silver por primera vez acerca de sus habilidades, tenían que hacerlo de una manera que no fueran a sobrecargarlo de información. Suponiendo que él, no supiera nada acerca de lo que estaba pasando.
