La tierra, año 2080. Nada será lo mismo.
Silver es un chico intrépido y decidido que sueña con conocer el mundo. Luego de discutir con su padre, escapa a la noche de San Diego y conoce a un grupo de misteriosos cambiaformas.
Encuentro que lo conduci...
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Asher estaba quieto, sin decir palabra alguna, observando en silencio a su hermano, a Silver. La rabia en su interior poco a poco parecía ir en aumento. Frente a él, estaba el único de todos ellos con una vida normal, con amigos reales, una vida fuera de la cárcel donde había pasado toda su vida. Algo con lo que él nunca había podido soñar.
—¿¡Qué haces aquí!? —preguntó Silver en medio de su asombro, no comprendía como Asher lo había encontrado en medio del bosque y sobre todo en el cuartel de los lobos.
Nolan instintivamente se adelantó y se colocó frente a Silver. Después de su último encuentro con Asher no estaba dispuesto a correr riesgos.
Asher sonrió. Mirándolos con superioridad. Le parecía bastante ridícula la escena de un cambiaformas protegiendo a uno de ellos.
—No sé si sentir compasión o alegría por ver a tu amigo tratando de protegerte —soltó Asher, empezando a caminar lento, en dirección a ellos.
—¡No te acerques un centímetro más! —amenazó Nolan, sus ojos cambiaron, iluminándose de color café intenso.
—¡Tú no eres nadie para decirme lo que debo hacer! —devolvió Asher, haciendo un gesto con su mano y lanzando a Nolan contra un árbol.
Nolan golpeó con fuerza el tronco del árbol, cayendo al suelo, cambiando en un pestañeo a su forma de lobo, gruñendo, mostrando sus colmillos y caminando hacia Asher con una expresión de rabia. Dejando su ropa destrozada en el suelo.
—¡Cuándo vas a entender que no puedes hacer nada contra mí! —espetó Asher. Lanzando a Nolan una vez más contra los árboles que los rodeaban con un nuevo movimiento de su mano.
El sonido del cuerpo del lobo golpeando los troncos de los árboles, y el chillido que emitió al caer al suelo hizo que la piel de Silver se erizara.
—¡Es suficiente! —gritó Silver con rabia. Sus ojos fijos, puestos sobre Asher.
—Aún no puedes controlar tus habilidades, ni siquiera sabes cuáles son tus verdaderas capacidades. ¡No tienes manera alguna de defenderte! —Asher guardó sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón de forma casual, aparentando volver a estar en calma. El ver a Silver intentando defenderse le parecía algo estúpido, se preguntaba por qué las personas se ponían en peligro por proteger a otros. Cuando lo único que tenían que hacer era cuidar de sí mismos.
Silver intentó correr hacia donde estaba Nolan, pero fue detenido por una fuerza invisible que le impidió llegar. Cuando miró en dirección de Asher, pudo ver la mano de su hermano apuntando en su dirección con 2 dedos.
—¡Esto es entre tú y yo! —Asher hizo un gesto con sus dedos hacia abajo, haciendo que Silver golpeara el suelo de rodillas.
—¿¡Por qué haces esto!? —preguntó Silver, poniéndose de pie una vez más, con un leve dolor en sus rodillas producto del golpe, estaba seguro que Asher lo hubiera lastimado mucho más si lo hubiera querido.
