La tierra, año 2080. Nada será lo mismo.
Silver es un chico intrépido y decidido que sueña con conocer el mundo. Luego de discutir con su padre, escapa a la noche de San Diego y conoce a un grupo de misteriosos cambiaformas.
Encuentro que lo conduci...
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El camino a su casa no había podido ser más incómodo, pensaba Silver, mirando de reojo al alto y corpulento agente de las fuerzas sentado a su lado que conducía el auto. Aunque el viaje fuera corto, el haber tenido que lidiar con un interrogatorio acerca de su vida y cómo se relacionaba con los cambiaformas fue agotador; ingeniárselas para esquivar cada pregunta comprometedora sin levantar sospecha no fue tarea fácil.
Nunca se había alegrado tanto de ver la entrada de su casa, aunque sólo fuese el gran muro que la protegía. Pensó que el mal momento había pasado cuando bajó del auto, sólo para darse cuenta que Marcus estaba dispuesto acompañarlo hasta el interior.
Silver pidió que cuando entraran, el desastre que había dejado esa mañana hubiera desaparecido de alguna manera, de no ser así, estaba listo para quedarse sin excusas y ser detenido por haber atacado a su padre.
—Después de ti —dijo Marcus, haciendo un ademán con su mano para que Silver abriera la puerta quedaba al interior de la propiedad.
Silver colocó su mano de mala gana sobre la manija y esta hizo un sonido de tic y se abrió. Ambos continuaron su camino hacia la casa, los colores mármol y verdes de la construcción parecían brillar por la intensidad del sol, era un propiedad bastante grande para que vivieran 2 personas. Los pequeños arbustos falsos que dibujaban el camino hacia la entrada esa tarde parecían más reales que de costumbre.
Silver miró como las cámaras seguían sus movimientos sin activarse. Los sensores, así como la tecnología de identificación reconocían a Silver. Lo cual evitaba que se activara el sistema de seguridad.
Cuando se encontraron frente a la puerta principal un sentimiento de miedo y angustia invadió a Silver. Era el presentimiento de que algo no estaba del todo bien. Su corazón empezó a latir rápido, sintiendo miedo por lo que podría pasar, sus manos empezaron a sudar, y dudaba en abrir la puerta principal de la vivienda.
Tomó una respiración profunda, calmó sus nervios y decidió que debía abrir la puerta.
Marcus miraba a Silver con curiosidad, no podía decir que era lo que pasaba con él, pero podía notar lo nervioso que se encontraba, su entrenamiento como miembro de la fuerza le daba la capacidad de leer las reacciones corporales de las personas. Quizás, Silver, estaba preocupado porque su padre se enterara de su amistad con un cambiaformas. Pensaba. Silver nunca le pareció un mal chico, no daba problemas y Andrew siempre hablaba maravillas de él.
Silver quedó paralizado al mirar al interior de su casa.
Todo estaba en perfecto orden, la mesa organizada, todo se encontraba en su lugar correcto. Como si nada hubiera pasado. Eso lo desconcertó por completo.
Andrew estaba sentado en el centro de la sala en el sofá, revisando con cuidado unos archivos en la Holopantalla.
Silver frunció su ceño al no entender lo que ocurría.
