La tierra, año 2080. Nada será lo mismo.
Silver es un chico intrépido y decidido que sueña con conocer el mundo. Luego de discutir con su padre, escapa a la noche de San Diego y conoce a un grupo de misteriosos cambiaformas.
Encuentro que lo conduci...
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Un silencio sordo y repentino invadió la sala de reuniones. Después de un largo rato de conversaciones, Eric estaba seguro de estar haciendo un avance en cuanto a la realidad de los humanos mejorados genéticamente y la amenaza que podían representar para los cambiaformas.
—La corporación Inbrion, tiene algo más de 20 años operando de forma activa en el país y unos 10 fuera de él —explicó Lee—. Posee ingresos bastante elevados. Es una corporación bastante lucrativa. Sus representantes se jactan de ser los mejores en cuanto a la inseminación artificial y modificación genética.
—¡Espera un momento! —interrumpió Connor, quien había permanecido callado mientras se desarrollaba toda la conversación—. ¿Estas queriendo decir qué esa corporación podría estar detrás de la creación de humanos mejorados?
—Es muy Posible —respondió Eric.
—No estaría tan seguro de eso —dijo Lee—. Parece bastante obvio que la empresa más reconocida en cuanto a la inseminación y modificación de embriones sea la que se encuentre detrás de todo este misterio.
—Estoy de acuerdo con lo que dice, Lee —agregó Palmer—. Los humanos serán muchas cosas, pero tontos, lo dudo. No tiene sentido que una empresa tan grande sea la responsable. Si lo que han hecho es algo tan secreto, que luego de 20 años es la primera vez que tenemos pruebas, no tiene sentido que los culpables hayan estado delante de todos, tanto de cambiaformas como humanos —culminó. Sus palabras que hicieron pensar a todos en la habitación. Había mucha lógica y sentido en lo que había dicho.
—Y de ser así, tendrían que existir más registros de humanos con habilidades como las del chico en otros lugares. Y no todo serían sólo suposiciones. Como lo fueron hasta hace un par de días —intervino Skyler.
—Tengo que admitir que pueden estar en lo correcto con todo esto —respondió Eric, reflexionando. Podría estar equivocándose, y no podía darse ese lujo, como alfa todos confiaban en él. Era mucho el peso que cargaba consigo, pero no podía ignorar los hechos, que apuntaban en dicha dirección—. Por eso es necesario tener toda la información posible para poder presentarla ante consejo, y tomar las acciones necesarias. En un principio los humanos con habilidades especiales eran solo una especie de cuento o invento, suposiciones que nunca nadie lograba afirmar, pero ahora es claro. Sabemos que existen. —Eric recordaba los infinitos rumores y cómo de repente todo se había vuelto real—. Lo que asusta es el hecho de que muchos han sido sacrificados en nombre de la ciencia humana. No se puede negar que gracias a nuestros genes pudieron encontrar mejores formas de combatir enfermedades y hasta erradicarlas. Siempre fuimos colaboradores, pero al parecer nunca han renunciado a sus propios propósitos.
Muchos cambiaformas más viejos sabían lo dura que se había vuelto la vida cuando recién salían a luz. Eran cazados como animales, usados para miles de experimentos, y en esa época muchos fueron asesinados. Fue sólo con la creación del consejo de razas que lograron dejar de ser cazados y utilizados para experimentos. Pero era claro que sólo disfrutaban de una paz efímera. Muchos cambiaformas entraban en cuerpos policiales, seguridad y en programas especiales de las fuerzas armadas para misiones especiales. Algunos eran reconocidos como héroes, pero solo bastaba que cometieran el mínimo error para convertirse de héroes a blancos de una caza interminable. Aunque los gobiernos los reconocieran, sabían que nunca obtendrían el mismo trato que los humanos. Sólo por ser diferentes.
