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Ya era noche y era un buen momento de regresar a la habitación de Jungkook para asegurarme de que ya estuviera mejor.

Cuando llegué al pasillo me di cuenta de que la mesita de servicio estaba afuera, solo que esta vez en lugar de solo estar el plato de Jungkook, había uno más.

Entré a la habitación empujando el carrito sin hacer ruido y del mismo como volví a acomodar la silla orejera a un lado de la cama.

—Jungkook -lo llamé -despierta -lo moví un poco, es hora de la cena

Él despertó y se acomodó en la cama mientras yo acomodaba la mesa de madera sobre sus piernas y poniendo la comida encima de ella

—¿Comerás conmigo esta vez? -parecía un niño pequeño al que acababa de despertar en la mañana para ir a la escuela, con el cabello desacomodado y ojos adormilados, se veía bastante tierno

—Claro -contesté

—¿Te sientes mejor?

—¿No debería ser yo la que pregunta eso? -sonreí

—Sabes a lo que me refiero -me regresó la sonrisa

—No fue nada -acomodé mi comida frente a mi -¿Qué hay de ti? -puse mi mano en su frente, pero la temperatura ya había bajado un poco -aún tienes fiebre -susurré -pero ya es menos. Si descansas más, seguramente estarás mejor mañana

—Tu no deberías estarme cuidando, ese es el papel de Adam

—Lo sé -tomé los cubiertos -pero... -me detuve al no tener una respuesta

Siendo sincera, no entendía porque cuidaba de Jungkook de este modo, pero cuando lo vi enfermo no pude evitarlo, quería cuidar de él hasta asegurarme de que estuviera bien.

—¿Pero? -insistió sacándome de mis pensamientos

—No lo sé... solo, lo estoy haciendo -sonreí -solo agradece y no me cuestiones

—Bueno... gracias -dejó caer su cabeza en la cabecera y ahora me miraba con una leve sonrisa

Sentí como el calor crecía en mis mejillas haciéndome bajar la mirada para que no me viera, esa acción me había puesto nerviosa, se veía tan dulce que no puede evitar sentir como mi corazón se aceleraba.

—No... no hay de que -controlé mis emociones y respire profundo antes de volver a mirarlo -es lo mínimo que puedo hacer por el favor que me hiciste al ayudarme a que mamá dejara de llamarme con eso de la decoración -sonreí

—No había necesidad de que me pagaras nada, lo hice con mucho gusto

—Bueno, no tienes porqué cuestionarme, estoy cuidando de ti con mucho gusto

La compañía que nos hacíamos el uno al otro, me gustaba, me sentía cómoda y en paz estando cerca de él.

—¿Cómo se encuentra ahora? Señor -Adam había venido a darle un vistazo a Jungkook

—Mejor, gracias por preocuparte, Adam

—Señorita Sunhee -me miró -usted vaya a dormir, yo me encargaré de él

—Claro que no, tu ve a dormir, te lo mereces más que yo -quité el vaso de agua y la caja de medicina que él traía en las manos -con gusto me encargaré del joven amo Jungkook

—Pero...

—Insisto, ustedes no se preocupen de nada

Le dio un vistazo a Jungkook y él solo le sonrió aceptando con la cabeza dando la aprobación.

­ —Bien -suspiró derrotado -cualquier cosa puede llamarme sin problemas -dijo

—Lo haré, buenas noches, Adam

—Buenas noches, señorita Sunhee -miró a Jungkook -buenas noches, joven amo

—Descansa, Adam

Él se fue cerrando la puerta al salir, le di la medicina a Jungkook y me quedé unos minutos más hablando con él.

—Supongo que es momento de que me vaya a dormir -dije -si necesitas algo, puedes llamarme o mandarme un mensaje -tomé su teléfono y guardé mi número en su agenda -no importa que tan tarde sea, llámame si necesitas algo

Me levanté de la silla, pero su mano en mi muñeca me hizo sentarme de nuevo en la silla. Estaba recostado sobre su almohada, mirándome directamente a los ojos, con ese color café chocolate que me hacían sentir un cosquilleo en todo mi cuerpo cuando se clavaban en mí de ese modo.

—Quédate -suplicó suavemente

—¿Qué?

—Quédate... por favor

—No puedo quedarme -susurré

—Por favor

No es correcto, pero...

Llevé mi mano a su frente al notar lo pálido que volvía a estar.

—¡Jungkook! Tu fiebre está demasiado alta -al parecer, durante la cena su fiebre había subido demasiado y no me había percatado hasta ahora -iré por agua y toallas -aún me tenía sujeta del brazo, pero por lo débil que debía estar su cuerpo por la fiebre, fue fácil soltarme

Bajé a la cocina por agua y conseguí unas toallas nuevas.

Remojé las toallas en el agua y las dejé sobre su pecho y en la frente.

—Abriré una ventana -me levanté para abrir una de las ventanas, pero solo un poco, lo suficiente como para que el aire circulara en la habitación

Jungkook seguía con la cabeza en la almohada y la toalla en su frente, solo que ahora tenía la cabeza ligeramente girada de modo que sus ojos me miraban fijamente, lo cual me ponía un tanto incomoda.

—¿Qué pasa? -doble una de las toallas -¿Por qué me miras tanto?

—... No te vayas -susurró de repente

—No me iré a ningún lado, pero tienes que dormir

—No quiero dormir

—Parece que tienes cinco años -sonreí -tienes que dormir

—No quiero que te vayas

—Juro que no lo haré, cuando despiertes aquí estaré -tomó mi mano y la guio hasta dejarla en la cama

La piel de sus manos estaba igual de calientes que su frente, pero ese calor le regresaba la calidez a mi mano que estaba demasiado fría. Cerró los ojos y de inmediato se quedó completamente dormido, demostrándome que claramente estaba demasiado cansado. 

También en otra vida (JeonJungkook)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ