También en otra vida (JeonJungkook)

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Sunhee

Llegué a mi casa en la madrugada. Respirar el aroma de mi casa me hacía sentir cómoda y más segura, había llegado a un lugar seguro, sin misterios ni nada de esas cosas.

Dejé las maletas a un lado de la entrada y me fui a mi habitación para directamente tumbarme de inmediato sobre mi cama, mi cómoda, segura y agradable cama.

Mi habitación no era pequeña, creo que era del mismo tamaño que la que usé en la mansión, pero la casa sí que era pequeña a comparación de allá, pero eso me hacía sentir más cómoda y segura, sin tantas habitaciones.

Al despertar al día siguiente no me apresure a levantarme por el hecho de tener que ir a trabajar así que después de desayunar me pareció buena idea ir a dar un paseo al parque, salir de casa me ayudaría un poco a pensar qué es lo que haría ahora, qué le diría a mi jefe y qué haría con Jungkook.

—¿Sunhee? -cualquier ruido ahora me asustaba, así que salté un poco cuando me llamaron

—Marcus -ver que era él hizo que mi cuerpo se relajara y de inmediato sonreí

—¿Qué haces aquí? -preguntó sonriendo

—Solo... renuncie a esa casa

—¿Por qué? -la confusión crecía en su rostro a cada segundo -estabas tan emocionada de restaurar esas piezas

—Lo sé, pero... -guardé mis manos en los bolsillos de mi chaqueta -pasaron cosas

—¿Qué cosas?

—Cosas con el dueño de la casa y la casa en sí

—¿Te hizo algo?

—No, no -me apresuré a decir -es solo que no teníamos las mismas ideas y el trabajo se volvió agotados e imposible

—Entiendo, como sea -suspiró -me alegra mucho que hayas regresado

—Yo también me alegro de volver a mi linda casa, no recordaba lo cómoda que era

Me miró por unos segundos en silencio.

—¿Qué pasa? -pregunté

—Yo... nada, solo te recordaba... con el cabello más largo

—¿En serio?

—Aja

—¿Tan rápido te olvidas de mí? Que mal -golpeé su brazo

—Claro que no -sonrió -soy tu mejor amigo de todos los que tienes

—Aja -suspiré un poco -tengo que irme, nos vemos luego ¿De acuerdo?

—Sabes que sí, sabes dónde vivo si necesitas algo

—Dos pasos hacia allá -señale a su casa a mi derecha -lo tengo

Después de despedirme de Marcus comencé a caminar hacia el parque, no me quedaba lejos, unas 7 cuadras desde aquí, no era mucho para mí.

Al llegar al parque me senté en una de las bancas sintiendo la brisa en mi cara y escuchando las hojas de los árboles, lo cual era tan relajante que me hizo olvidarme de todo un momento. Me gustaba sentarme en una banca y mirar como el tiempo pasaba frente a mis ojos de vez en cuando.

En cuanto regresé a mi casa por la tarde, llamé al director del museo informándole que había tenido problemas personales y por eso había tenido que regresa, además de que le pedí una semana de descanso para resolver esos problemas, no fue difícil que aceptara ya que siempre hacia mi trabajo a tiempo y en forma y jamás le había causado problemas así que fue como una especie de recompensa a eso.