De niños

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Clary

Había ignorado a Jace al menos hasta que se me pasé mi enojó pero me sorprendió el que él no me haya buscado. Ya habían pasado dos días desde el gran incidente en el instituto. La verdad no me arrepiento de nada.

Estaba acostada en mi cama haciendo tareas. No podía concentrarme  por el hecho de que Valentina estaba jugando en el pasillo del segundo piso. Parecía que lo hacía apropósito porque en mi puerta era donde hacía más ruido.

Después de media hora por fin pude acabar la tarea, así que decidí subir al techo. Ya casi era hora de la puesta de sol. Es por eso que subí con mi cuaderno de dibujo para capturar el momento.

No era difícil subir al techo el problema era que a mi mamá no le gustaba que suba por qué decía que dañaba la casa. Pero la verdad me gustaba. Además de tener una hermosa vista del cielo, podía también ver a todo el pueblo desde aquí.

Me ubiqué en el punto más alto del techo, apoyando mi espalda en el ducto de la chimenea. Abrí mi cuaderno y apoyé el lápiz contra el papel decidida a dibujar la puesta de sol. Pensé en todos los colores que iba a necesitar. Pues mientras más miraba más me enamoraba de las diferentes tonalidades naranjas, amarillas y rosadas. Era precioso.

Flashback

—ya estoy arto de jugar en tu cuarto—reprochó mi amigo de cabellos despeinados

—podemos jugar en la sala o en el cuarto de John—sugerí abriendo la puerta de mi cuarto

—y si jugamos en la cocina

—mmm no se...

—¡Clarissa tu amigo ya llegó!—aviso mi padre desde las gradas

—¡ay no! ¿Lo invitaste Clary?

Yo hice caso o miso a mi amigo para salir volando de mi habitación al pasillo. Y ahí estaba él.

—¡Jace!—lo salude con el abrazo más fuerte que podía dar—regresaste por fin

—si... que emoción ¿no?—dijo mi amigo de cabellos locos con gran sarcasmo

—traje lo que me pediste rojita

—¡excelente! Ven vamos estamos decidiendo algo importante—tome su brazo y lo arrastre hasta mi habitación

—ah hola Simón no te había visto—saludó Jace a mi amigo de los cabellos locos

—no, claro que no—respondió este con poca emoción

—no sabemos donde jugar. Ya no queremos jugar aquí ni en ningún lugar de la casa—expliqué

—yo digo que en la cocina—sugirió nuevamente Simon

—nah aburrido, vamos al techo—dijo Jace con entusiasmo

—¡que! Claro que no vamos a subir al techo. Clary no va a ir, no señor

—si... la verdad creo que no es una muy buena idea

—vamos Clary, será divertido—insistió Jace llevándome a la terraza

—no estarás considerando en verdad subir ¿no?—me preguntó Simon

—yo te cuidaré si algo te pasa, vamos Clary, ¿confías en mi?

—Clary si quieres si jugamos en tu cuarto... puede ser divertido—insistió Simón

—si confío en ti—dije tomando de la mano a mi amigo

—bien no pienso ir

Jace se tomo un par de ladrillos que servirían como gradas para ponerlos en la pista la de la cual estaba hecha las barandas del balcón. Él subió primero para luego ayudarme a mi.

—gracias

—ven Clary tenemos que subir más alto—dijo este avanzado

—ten cuidado creo que esa teja está un poco...—no terminé por qué la teja se salió y Jace se resbaló de la manera más cómica que no puede evitar partirme de la risa.

—cállate Clary

—cállate tú —le respondí entre risas dando un par de pasos para acercarme pero también me resbalé con una teja suelta—auch

Jace no tardó en burlarse de mi con todas sus fuerzas

—tú caída fue más graciosa que la mía—dijo poniéndose de pie. Pero de inmediato su mierda cambio—wow

—¿que?—dije poniéndome igualmente en pie

—mira la puesta de sol, se ve muy lindo desde aquí

—si, tienes razón

—toma esto es lo que te traje de suiza—Jace me extendió una barra de chocolate con leche y miel. Mis favoritos.

Nos sentamos cerca del ducto de la chimenea. Abrí mi chocolate y le di un poco a Jace.

—gracias por comprármelo

—no fue nada te debía una por comerme el tuyo

—Jace ya es enero eso significa que pronto será tu cumpleaños. Que vas a querer

—que dejes de ser tan terca

—oye—le dije empujándolo

—pues ahora voy a cumplir 8 y vas a tener que hacerme caso en todo lo que diga por que soy mayor

Todo eso me dio risa

—ni siquiera a mi hermano le hago caso—respondí entre risas

—oye no soy tu payaso para que te rías de todo lo que digo—me dijo empujándome. Así que yo lo empuje más fuerte y así continuo hasta convertirse en una de nuestras pequeñas peleas.

Fin de flashback

Sonreí por el recuerdo. Cuando me di cuenta mi dibujo había pasado de ser un atardecer vacío a un atardecer con dos niños sentados en el techo.

Tal vez debería ir a buscar a Jace. Tal vez exageré la situación.

Escuché un par de voces y me di cuenta que provenían de la casa de Simon quien no vivía lejos de la mía. No pude distinguir qué decían pero si quien eran. En definitiva Simon e Isabelle, parece que se estaban despidiendo.

—sabía que pasaría

Me quedé un rato más mirando al cielo hasta que escuché la voz de mi mamá

—CLARY... ¿CLARY DONDE ESTÁS?... ¿CLARY?

—oh mierda—me levante y rápidamente me dirigí al balcón de mi cuarto. Por mala suerte pisé una maceta la cual se resbaló haciéndome perder el equilibrio. Para recuperarlo me sostuve de una teja pero para variar estaba suelta haciéndome caer del balcón

—auch—dije sin poder moverme

—¡Clarissa!—gritó mi madre asustada desde el balcón

—estoy bien solo creo que me rompí el tobillo

—¿acaso estuviste en el techo de nuevo?

—no...

Ella solo me miró con desaprobación

Ella es la apuesta Where stories live. Discover now